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Quedan ocho jornadas, pero nadie piensa en el milagro. La permanencia apenas se percibe en el horizonte y ni siquiera la presencia de Cúper ante un micrófono resulta suficiente para evadirse del ambiente. Con el presente sepultado bajo tierra, a apenas un día de mirar a los ojos del Zaragoza en el hipotético inicio de una remontada en la que nadie cree, Héctor Raúl Cúper ocupó una porción notable de sus respuestas en destripar su futuro («tengo dos años más de contrato y están para cumplirlos»), mirar por el retrovisor («se ha demostrado que yo milagros no hago») y apenas empleó veinte segundos en analizar el presente («si se gana aumentan nuestras posibilidades; si se pierde, las opciones serán mínimas, menos que mínimas»). El entrenador del Mallorca, que tal y como anunció este periódico el pasado martes es el elegido por la SAD balear para llevar las riendas del equipo aunque descienda a Segunda División, recordó que firmó un contrato «de tres años» y que su intención es cumplir lo firmado: «¿Mi futuro? Tengo un contrato de tres años firmado con este club. Que más compromiso que ese. ¿Qué puede romper eso? Que el club no esté de acuerdo o que yo no esté de acuerdo. Yo firmé un contrato de fútbol, tomé un compromiso; ahora bien, si hay un documento firmado, una cosa legal, y lo tengo que ratificar con la palabra...normalmente es al revés. Nosotros hemos firmado un contrato, pero también el club tiene derecho a decir que no cuenta conmigo y se termina la historia. Pero acá hay un acuerdo firmado por tres años».

La posibilidad real de descender es una circunstancia que nadie había previsto cuando, el pasado 3 de noviembre, Héctor Cúper firmó su contrato: «Es cierto que puede ser una variante que se pudiese llegar a conversar; pero en el contrato no se específica el descenso o si viene un club importante. Si ambas partes, mañana, quisiéramos poner el contrato sobre una mesa, eso se tiene que cumplir a rajatabla». A pesar de la delicada situación, de encontrarse el equipo a siete puntos de la salvación (que pueden ser diez si Osasuna vence su partido aplazado ante el Villarreal) con sólo ocho jornadas por delante, el de Chabas apuntó ayer que jamás se ha planteado dimitir: «Nunca lo he pensado». Entonces, un periodista lanzó un dardo: «¿Porque está convencido de sus posibilidades o porque quiere defender sus intereses económicos?», se oyó. Cúper respondió: «Mire usted, lo único que no defiendo en un contrato son los intereses económicos. Eso quédense tranquilos; que si a mi mañana me plantean que no siga, el tema económico es un plano totalmente inferior y que no cuenta».

Durante la comparecencia, también se puso sobre la mesa la planificación de la próxima temporada: «En este momento no puedo pensar en la campaña que viene. Cada vez hay menos esperanzas, es una realidad, pero si planifico la próxima campaña es porque estoy convencido de que seguimos en Primera División. Ahora bien, ni pierdo el tiempo en planificar una temporada para Segunda División porque yo estoy pensando en los partidos que tenemos que jugar. Después, llegado el caso, empezaremos a planificar la próxima temporada. Antes no me lo puedo permitir». Cúper también repasó las consecuencias de su fracaso en esta segunda etapa en la Isla: «Es cierto que no he podido colmar esa expectativa que se generó. A veces se endiosa a un entrenador, se le magnifica de alguna manera que parece que todo lo va a solucionar porque en su momento hizo buenas campañas. Pero etapas, los momentos y los jugadores son diferentes. No tiene nada que ver. No se ha producido ninguno de esos milagros que se esperaban y eso reafirma que yo milagros no hago».