TW
0

El mallorquinismo se adentró ayer en el túnel del tiempo para repasar su vida. Los 89 años de historia del club balear, desde que Adolfo Vázquez Humasque fundara el Alfonso XIII en 1916 hasta el exótico fichaje del japonés Okubo en diciembre pasado, se pueden recorrer ahora de un vistazo gracias al libro Historia del RCD Mallorca 1916-2004, escrito por el colaborador de Ultima HoraMiquel Vidal y el historiador Jordi Vidal, que fue presentado ayer en el estadio de Son Moix. Reunidos en la planta noble del estadio de Son Moix, con la ilusión reflejada en sus ojos, estaban los hombres que han escrito las páginas más gloriosas de la historia barralet.

A la presentación de la obra, la primera escrita en catalán sobre la historia de la entidad, acudieron varias generaciones de ex futbolistas rojillos, desde Joan Forteza, autor del primer gol del Mallorca en Primera División, hasta el recientemente retirado Miquel Angel Nadal, pasando por Mir, Turró, Gost, Bolao, Oviedo, Jaume Bauçà, Toni Campoy, Rafa Gallardo, Goran Milojevic, Pepe Gálvez o Jesús Pereda, que se desplazó a la Isla expresamente para acudir al acto. Tampoco faltaron a la cita los ex presidentes Jaume Rosselló, Miquel Contestí y Miquel Dalmau, así como Mateo Alemany, autor del prólogo del libro, de casi 300 páginas.

Los seis capítulos repasan la trayectoria del Mallorca desde su fundación como Alfonso XIII (1916-1931); el cambio de nombre como CD Mallorca hasta su primer ascenso a Primera División (1931-1960); el Mallorca de los 60, años de gloria; el Mallorca de los 70, una década difícil; la era Contestí (1978-1992) y la conversión en Sociedad Anónima (1992-2004). Según relató Miquel Vidal en su alocución, «esta historia del Real Mallorca está dirigida tanto a los estudiosos del deporte como a los aficionados al fútbol y es el resultado de una sabia colaboración entre un periodista y un historiador». A la celebración asistió un invitado inesperado. El presidente del Govern balear, Jaume Matas, se acercó hasta Son Moix para estar con los testigos directos de la historia mallorquinista. El acto finalizó con una fotografía de la amplia familia barralet en una de las gradas del estadio y con un aperitivo en el que los protagonistas recordaron tiempos pretéritos. Con un «Visca el Mallorca» y un libro debajo del brazo, los protagonistas abandonaron el acto con la sonrisa dibujada en el rostro y rebobinando su memoria.