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Xisco Cruz / Carlos Montes de Oca
Llega a la cita distendido, aunque su rostro delata algo de cansancio. Siempre tímido, apenas concede una sonrisa hasta que empieza la entrevista. Héctor Raúl Cúper (Chabas, 1955) mastica cada una de las preguntas, incluso las que le comprometen. Es algo menos lacónico que cuando llegó a la Isla, allá por 1997, pero su discurso sigue siendo igual de prudente. Incluso después de ganar en Zaragoza y amontonar tres jornadas sin perder. Incluso cuando la hinchada le idolatra. Incluso cuando el entorno empieza a creer en este proyecto.

-El Mallorca ha logrado los mismos puntos con Cúper que en todas las jornadas anteriores. Ha sumado ante Sevilla y Atlético y ha ganado en La Romareda. ¿Qué ha cambiado?
-La imagen ha sido buena. Dentro de lo que buscamos está bastante bien. No es todo lo que uno pretende, pero poco a poco se están viendo algunas cosas. Yo no lo he cambiado todo, porque no soy un revolucionario, lo que busco sólo es perfeccionar cosas. Pero todo cuesta mucho trabajo, hay que tener un poco de paciencia.

-De momento, lo que sí que ha conseguido es que los rivales no se forren con el Mallorca, que este equipo sea un chollo...
-Es importante que seamos un equipo duro, difícil. Pero soy consciente de que, con eso sólo, no alcanza. Uno puede ganar un partido teniendo dos ocasiones de gol, pero no siempre será así. Entiendo que haya comentarios sobre que no tenemos más situaciones de gol, que no hacemos un buen fútbol, que no es pulido... pero no es tan fácil hacer eso en un tiempo tan corto de trabajo. Al menos para lo que yo pretendo. Para lo que a mí me gusta que sea un equipo estamos muy bien, pero faltan agregar cosas, más equilibrio. No basta con una defensa fuerte, necesitas más cosas para poder ganar un partido. Ahora, si con no mucho empiezas a tener resultados positivos, eso ayuda. Sobre todo al jugador, que empieza a convencerse de lo que está haciendo.

-¿Es prioritario recuperar mentalmente al vestuario?
-El factor psicológico para mí es vital. Sería muy duro que no pudiéramos ganar partidos en este momento. Porque, si además de estar en esta situación tan delicada, le agregamos que lo que uno busca no lo encuentra, esa reserva psicológica se agota.

-¿Cómo se encontró la plantilla al llegar?
-Me encontré un vestuario dolido, sin fortaleza y eso es preocupante para un entrenador. Les dije a los jugadores que se abría una nueva etapa, que partíamos de la primera hoja. Debíamos estar convencidos de que, lo que íbamos a hacer, nos iba a dar resultados. Los futbolistas ya estaban mirando la clasificación, y eso es duro a pesar de que queda mucha Liga. Luego también necesitas el factor suerte, que influye mucho. Ese 20% que siempre digo yo.

-¿Esperaba una mejora en el equipo tan pronunciada?
-Uno espera cosas y a veces uno recibe más de lo que espera. No sé si es el caso. Si un equipo, así, de todos los puntos que debía sacar, saca el 70% o el 80%, no es normal. Uno a veces juega un partido extraordinario y marca seis goles; pues es porque se le fue de las expectativas. Es como si hubiéramos ido a Zaragoza y ganado 0-4. Puede pasar, pero no es normal. De todas formas, sacar el 50 o el 54% de los puntos ya es un buen porcentaje.

-Esa mejoría, ¿se ha edificado desde la defensa?
-Es probable que, durante esta nueva etapa, los jugadores hayan tenido que adaptarse a otras situaciones. Pero cuando hablamos de defensa debemos hacerlo de todo el equipo. Luego, dentro de esa defensa general, si veo que hay cosas que no me gustan, empiezo con los cuatro o cinco que juegan atrás. Y si me apuras un poco más, hasta con un pivote. Si uno quiere reformar una casa debe empezar desde los cimientos, no desde el techo. Esa es mi manera de trabajar. Si uno quiere atacar, primero debe recuperar la pelota.