La Copa ya es historia. El Mallorca la derramó ayer en un
partido al que llegó tarde, justo cuando el Lanzarote se quedó en
inferioridad y Pereyra acertó a empujar un servicio desde la
derecha de Cortés. Fue el único momento en el que el equipo de
Cúper creyó en la eliminatoria, porque hasta entonces la había
despreciado. Los canarios, un conjunto de Segunda B que se maneja
con muchos problemas en su grupo, le sacó los colores al Mallorca
con un catálogo de fútbol de raza y vertical que les dio el triunfo
que les mete en octavos (2-1). Cúper dispuso un equipo
experimental, una conjunción entre la veteranía de Nadal y la
mocedad de Carmona. Ese dio con un equipo apañado de cintura para
arriba y con mucho músculo atrás. Cortés y Poli repitieron en los
flancos y Niño regresó al eje de la zaga, mientras Víctor ejercía
de acompañante de Perera arriba. El Mallorca trató de frenar el
animoso inicio del Lanzarote, que irrumpió con mucho brío por el
partido. Mucha presión en la salida del balón balear y dos hombres
pegados a las orillas: Gustavo y Maciot. Eso obligó al Mallorca a
proponer un fútbol directo y ahí se enredó. Los canarios celebraban
cada saque de esquina, porque en la estrategia pudieron sacar
petróleo. Primero con una volea mordida de Miguel Angel que se
escapó alto (minuto 12) y luego con un escorzo de Raúl que se
perdió fuera (minuto 14). El grupo de Cúper perdió por unos
momentos el gobierno de la cita y eso lo aprovechó el Lanzarote
para dar un paso al frente. Jorge Campos era un cuchillo por la
derecha y en una arrancada del lateral el conjunto de Arrecife pudo
marcar, pero el remate de cabeza de Alejandro se estrelló en el
lateral de la red (minuto 19).
Esa fue una advertencia, porque a renglón seguido el Lanzarote
le atizó al Mallorca. Niño cometió una falta al borde del área y
Maciot, de tremendo derechazo, superó a Westerveld (minuto 24). El
equipo de José Antonio Fernández castigaba la indolencia
mallorquinista y dejaba el partido muy empinado. Carmona y Campano
iban cambiando de banda en busca de profundidad por los costados,
pero ni el canterano ni el andaluz dieron con la fórmula. Perera y
Víctor no tenían suministro y el Mallorca seguía muy confundido. El
balón no circulaba por los pies de Pereyra o Marcos, y los rojillos
estaban cortocircuitados. Cúper se desesperada solicitando una
circulación más fluída y la pelota empezó a llegar hasta Carmona,
que lo intentó hasta la saciedad en el primer acto. Sólo un golpe
franco de Campano a poco del cierre anunció que el Mallorca seguía
en el partido (minuto 44), pero la última ocasión la disfrutó
nuevamente el Lanzarote, después de un tiro sesgado de Alejandro
que se perdió fuera (minuto 45).
El segundo tiempo amaneció igual, sólo que con los locales un
paso más atrás. Eso le permitió al equipo canario tener espacio
para generar contragolpes y Lanza, a poco del arranque, estuvo muy
cerca de completar con un éxito un arreón de Alejandro por la
derecha. El Mallorca entendió que debía hacer algo más y se lanzó a
por el empate amparado en un juego algo más acicalado en el círculo
central. Guillermo Pereyra dispuso entonces de la mejor opción para
equilibrar la eliminatoria tras un toque de cabeza de Víctor en el
interior del área, pero el disparo del argentino escapó alto
(minuto 48). Poco después el mediocampista lo volvió a intentar
rematando de cabeza una falta sacada por Luis García, que había
aparecido por el encuentro junto a Tuni en busca de verticalidad.
El Mallorca ya era dueño del choque y Víctor pudo marcar tras un
servicio desde la derecha de Cortés. El delantero mallorquín remató
al larguero (minuto 64) en una acción que dio paso al gol de
Maciot, que completó una zancada de Soriano (minuto 70). Era el
final del tránsito del Mallorca por la Copa, porque ni el gol de
Pereyra le bastó a los mallorquines.
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