De izquierda a derecha, José Miguel García, Héctor Cúper, Mateo Alemany y Álvaro Delgado. Foto: PERE BOTA

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El padre de un bienio inolvidable y gurú de un largo paseo por las nubes ha vuelto. Héctor Cúper, rostro ineludible de la historia dorada del Mallorca, ha acudido con energía a la llamada de auxilio. Es él. El regreso ha cobrado forma. Un esfuerzo económico sin parangón, tres años de contrato, refuerzos en diciembre -se especula con la llegada de hasta cuatro nuevos futbolistas en la apertura del segundo plazo de fichajes- y la edificación de un proyecto ganador sintetizan los argumentos que ha utilizado Mateo Alemany para dar forma a una operación imposible.

Ha sido éste el último gran servicio del presidente a «su» Mallorca, un club que necesita nuevas coordenadas y que se ha encomendado a uno de los mejores entrenadores del mundo. Cúper está por encima de la media. Nadie como él para convertir un equipo de fútbol en el paradigma de la organización. Obsesionado con el orden, el argentino aprieta un botón y da gusto ver a los jugadores alineados sobre el campo. Su elección futbolística riñe quizás con el decálogo de los más románticos, con el de los puristas, pero su grado de competitividad no admite debate alguno. En Héctor Cúper y su trabajo se ha observado siempre un cierto aire marcial, un pragmatismo exponencial, pero también coherencia y una habilidad excepcional para optimizar recursos. Y eso es lo que reclama el Mallorca, una referencia a la que agarrarse e instinto resultadista para abandonar el laberinto en el que anda metido. No cabe duda que bajo el regreso de Héctor Cúper se oculta una elevada carga emotiva, un puñado de razones personales, pero también es el resultado final del minucioso plan que elaboró Mateo Alemany. Nada ha sido fruto de la casualidad. Ningún detalle ha quedado para la improvisación. La cronología de los hechos es precisa, apasionante. La estrategia que ha utilizado en esta operación debería estudiarse en alguna universidad. Si el presidente del Mallorca jugara al ajedrez sería uno de los mejores del mundo.

Independientemente de las urgencias futbolísticas que deberá asumir el nuevo entrenador, Cúper también será el encargado de perfilar el Mallorca del futuro. El club le ha concedido plenos poderes en materia deportiva. En la historia moderna de la SAD balear, nadie hasta ahora había tenido tantos galones. Alemany y el consejo han apostado por la revolución en plena travesía, aunque también se han lanzado de una vez por todas hacia la estabilidad. Se han agarrado a Héctor Cúper y es probable que se haya encomendado al mejor.