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Aunque no lo parezca, el Mallorca juega mañana uno de esos partidos que marcan una temporada. Con el entorno mediático volcado en eculebrón Cúper y la afición pendiente del desenlace, el duelo ante el Racing de Santander ha quedado reducido a una cita menor ante la catarata de noticias que ha generado el posible regreso del entrenador argentino al banquillo balear. Tomeu Llompart tiene que tirar de su psicología para mantener la tensión en el interior de la caseta. El técnico inquense ha querido blindar el vestuario de los rumores que apuntan a un cambio de libreta y enfocar todos los sentidos en el compromiso ante el Racing de Santander, un rival directo en la lucha por abandonar el fango clasificatorio.

Llompart recurrió a dos jugadores del filial, el interior Carlos Carmona Bonet (Palma, 1987) y el delantero ítalo-argentino Luciano Becchio (Argentina, 1983), para mitigar las ausencias de los lesionados Delibasic, Marcos Vales y Müller y del sancionado Ramis. Arango y Pereyra están en la lista a pesar de sus molestias. Carlos Carmona es uno de los diamantes de la cantera. Sobrino del internacional madridista Paco Bonet, es un fino extremo diestro con capacidad para desbordar por su banda. Formado en el fútbol-7 del Son Roca, ingresó en el Mallorca en categoría alevín y debutó oficialmente el pasado miércoles ante el Rayo.

Luciano, que también se estrenó oficialmente en Vallecas, fue una de las claves de la salvación del Mallorca B en la segunda vuelta de la pasada campaña. Se pasó toda una temporada en la isla sin jugar por un problema burocrático. Pero con el pasaporte italiano en la mano, se hinchó a marcar goles decisivos para la permanencia en la Segunda B.