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El desenlace de la Copa Illes Balears se postpone hasta el próximo 30 de diciembre. El calor y la humedad, una constante a medida que las dos jornadas previas avanzaban, acabaron por convertir el parqué del pabellón de Alcúdia en una peligrosa pista de patinaje. Es un mal habitual por estas fechas en nuestra Isla. Son Moix lo fue en su día, y tanto Alcúdia-Aracena como IBB Hotels Menorca Bàsquet no quisieron poner el peligro la integridad de sus hombres a pocos días para el arranque de la competición regular.

A medida que la hora del salto inicial se acercaba, todos los puntos de vista apuntaban hacia un único desenlace. Jaume Estarellas, presidente de la Federació de Bàsquet de les Illes Balears, buscó una solución al problema, que llegó gracias a la buena voluntad mostrada por todas las partes. José Luis Sintes y Miquel Ramis, presidentes de Menorca y Alcúdia, y sus respectivos entrenadores, Curro Segura y Fede Pozuelo, sondearon sus agendas, y finalmente se llegó a una entente que apuntó al 30 de diciembre.

En las semifinales, Menorca y Alcúdia sufrieron en sus planteles las resbaladizas condiciones propiciadas por el aire caliente que provocaba una enorme sensación de bochorno. Jason Blair fue el peor parado, pero tras las exploraciones a las que fue sometido ayer, se disiparon las dudas y el estadounidense sólo padece una contusión en la espalda. Pudo ser peor, y dado que el clima no ofrecía tregua, las partes implicadas abogaron por aplazar la disputa de la final de la Copa Illes Balears hasta el día 30 de diciembre, a las 20 horas, en el mismo escenario y con los mismos contendientes.