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Fernando Fernández|ATENAS
El día más esperado por fin llega al calendario. Desde que Paola Pezzo le arrebató el oro en Sydney, Marga Fullana sueña con esta segunda oportunidad que el destino le ha brindado. La defensora del bronce no entra en las apuestas, pero eso juega en su favor. Marga ha pasado un año difícil, pero llega pletórica al momento cumbre del curso. Le aguardan cinco vueltas al selectivo trazado del monte Parnitha. Va con ella. Tiene rampas de esas en las que le gusta romper la carrera y el piso es seco.

Además, el intenso calor y las elevadas temperaturas del mediodía son uno de los argumentos que puede esgrimir la profesional de Sant Llorenç, que afronta en Atenas su última batalla olímpica con la mente puesta en hacer una buena carrera y luchar por las medallas. «Me da igual el metal, con una me daría por satisfecha», ha dicho en reiteradas ocasiones Marga, que durante los Juegos se encuentra residiendo en un hotel cercano a la sede de competición en compañía de su asistente personal, Georgia, su mejor apoyo en los momentos complicados.

Pero hoy todos estarán con Marga. Su brillante trayectoria merece un epílogo a la altura de las circunstancias y el olimpismo tiene con ella una cuenta pendiente. En Sydney lo tenía todo para ganar, pero la italiana Paola Pezzo jugó sucio y acabó colgándose el oro. Marga, un bronce que sabía a poco viendo la evolución de la carrera. Ambas volverán a verse las caras, pero la nómina de aspirantes va más allá de las dos grandes dominadoras del mountain bike femenino en la última década.