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Fernando Fernández|ATENAS
La Real Federación Española de Ciclismo no ha tenido tacto con una de sus figuras más relevantes. Marga Fullana, una de las grandes dominadoras del moutain bike mundial y la única mujer que ha dado una medalla olímpica a este deporte -bronce en Sydney 2000- no se alojará en la Villa Olímpica después de que el organismo incumpliera su promesa y no acreditara a su asistente personal, Georgia, como masajista de la selección de BTT, tal y como había pactado.

Con el permiso del seleccionador nacional, Guillermo de Portugal, Marga se alojará durante los Juegos en un hotel situado a pocos minutos del circuito del monte Parnitha y a escasos dos kilómetros de la Villa. A ella acudirá como una miembro más del equipo, pese al malestar que parece haberle causado a la RFEC, pero Marga es una clara aspiración de medalla y a Atenas ha viajado para volver a estar entre las tres mejores y quitarse la espina que le quedó clavada en Sydney, cuando Paola Pezzo le apartó bruscamente de un oro que merecía, pues estaba en un momento óptimo dentro de su trayectoria.

Con los ánimos por las nubes, Marga apareció en Atenas con las miras puestas en la prueba del día 27. El viernes hay mucho en juego y Fullana lo sabe, aunque se muestra más prudente que nunca y se conforma con estar arriba. «Me da igual de que metal sea, yo quiero una medalla, pero va a ser muy complicado», afirma la ciclista. Marga conoce el trazado, que ha sufrido una ligera modificación tras el incendio forestal acaecio días atrás en la zona. Compitió en una prueba test y se sabe palmo a palmo sus rincones claves.