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José Antonio Diego|ALMERÍA
El ibicenco Felipe Vivancos forzó las puertas del equipo olímpico español con una rabiosa victoria en la final de 110 metros vallas de los Campeonatos de España con una marca de 13.49 que vuelve a ponerle a tiro el récord de Javier Moracho (13.42), el más viejo de las listas españolas al aire libre.

Vivancos, que llegó a Almería con una marca personal de 6.75, se erigió en la figura estelar de la primera jornada de los campeonatos junto a un renacido Reyes Estévez que en las semifinales de 1.500 sacó a relucir su autoridad y dio la impresión de haber recuperado la chispa de sus mejores tiempos.

El estadio Mediterráneo, que acogerá en 2005 la competición de atletismo de los XV Juegos Meditarráneos, resultó propicio para un Vivancos que en los diez últimos días, tras conocer que su récord del 18 de julio en Vitoria (13.41) no será homologado por un defecto de alineación de la cámara de meta, había perseguido con ahínco la marca mínima necesaria para acudir a los Juegos (13.55).

Lo intentó en semifinales, pero el viento cambiante le fue contrario. Tres horas después, en la final, enganchó una racha favorable de 1,6 metros, partió con agresividad y paró el cronómetro en 13.49, tercera mejor marca española de la historia. El objetivo estaba cumplido. El récord de Moracho tal vez deba esperar al año próximo.

Enrabietado
Felipe Vivancos aseguró que había venido a Almería «enrabietado», tras conocer que su récord del 18 de julio en Vitoria no será homologado. «Desde que me dijeron que no sería homologado, he estado buscando carreras desesperadamente para hacer la mínima. No es que fuera una injusticia, porque si hubo un error el récord no me pertenecía, pero en aquella carrera estoy seguro de que hice la mínima, por debajo de 13.50», recordó el deportista pitiuso, decimocuarto balear en los Juegos de Atenas.

Tras dedicar su título a su familia y a su entrenador (Luis Miguel Calderón), que a su juicio «se ha comido todos los marrones», Vivancos señaló que había estado toda la temporada intentando bajar de 13.70. «Y ahora, de pronto, bajo a 13.49. En esto del atletismo nunca se sabe».

Con respecto a su récord «fantasma», reconoció que la anulación le había molestado al principio. «Siempre duele. Al principio te quedas hundido, pero soy bastante frío y seguí entrenándome para ganarme el puesto en el equipo olímpico. El récord caerá cualquier día. El propio Moracho me dijo que estuviera tranquilo, que un día u otro saldría la marca».

«Ahora», añadió Vivancos, «tengo que recuperarme físicamente. He gastado demasiados cartuchos buscando la marca mínima y se nota en las fuerzas. Espero estar recuperado para Atenas».

Vivancos se ha dedicado por completo este año al atletismo. «Ya empiezo a ver los frutos», concluyó Vivancos. Menos suerte tuvo su compañera Mar Sánchez, que en salto con pértiga no pudo obtener plaza para los Juegos Olímpicos de Atenas.