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Carlos de Torres|CARLOS DE TORRES
El estadounidense Lance Armstrong concretó su monopolio de victorias en los Alpes con la tercera consecutiva, otra vez al sprint, y en esta ocasión en la etapa reina disputada entre Bourg d'Oisans y Le Grand Bornand, de 204,5 kilómetros, en la que mejoró algunos segundos su cuenta en la general.

Armstrong devora, no se ha fijado ningún límite y su ambición y poderío le permite recrearse con sus éxitos. En Le Plateau de Beille y Villard de Lans se impuso al esprint, en Alpe d'Huez en solitario contra el reloj y el estorbo del público y en Le Grand Bornand aplicó elevadas dosis de rabia para imponerse de nuevo por velocidad a un grupo de cinco, al estilo Petacchi, ante el alemán Andreas Klöden.

Armstrong le ganó sobre la línea y alzó los brazos con un tiempo de 6:11.52, el mismo para ambos, y además se llevó los 20 segundos de bonificación, que le supieron muy ricos teniendo en cuanta que Iván Basso, su delfín, pasó cuarto a 1 segundo, lo mismo que Jan Ullrich, que fue tercero en el duelo a toda máquina entre la alta jerarquía del pelotón.

Carlos Sastre fue el mejor español, octavo a 1:02 y luchó por todo con escasa suerte. Oscar Pereiro y Mancebo cruzaron la línea a 2:05. Antes de tomar la salida se conoció el abandono del vencedor de la Vuelta, Roberto Heras, quien se marchó a España sin conocer las razones de su rendimiento.

La general siguió con Armstrong, Basso y Klöden en el podio provisional. El italiano del CSC a 4:09 y el alemán del T-Mobile a 5:11. Ullrich es cuarto a 8:08 y Mancebo sexto a 11:45 ya ve con prismáticos el «cajón».

Fue una jornada de ilustres, eso sí con resultados diferentes. Para empezar fue el italiano Gilberto Simoni, doble vencedor del Giro, quien tomó la iniciativa apenas efectuado el banderazo de salida. Se llevó a sus compatriotas Simeoni, Bartoli, al alemán Aldag y al francés Martin. «Gibo» coronó en cabeza el Glandon, cuya cumbre estaba a 36 kilómetros de la salida.

En el siguiente puerto, el Col de Tamié, de tercera, Virenque acelera y solo resisten Simoni y Moreau, aun que este sufriendo lo suyo. Juntos rodaron con una ventaja de 3 minutos hasta el Col de Forclaz (1a), donde Virenque intentó sin éxito dejar plantado a Simoni.

Ataques
Mientras, la tranquilidad en el grupo del líder fue rota unos instantes por el ataque del ruso Ivanov. La guardia pretoriana de Armstrong enseguida le convenció para volver al ritmo que decidieran los carteros del US Postal, con Rubiera, Hincapie, Landis y Azevedo de controladores de ruta. El español Flores marchó intercalado un buen puñado de kilómetros, pero le perjudicó el ritmo de persecución y se quedó con las ganas de enlazar con la cabeza de carrera.

En la Croix Fry, atacó Sastre. El equipo de gestión de la etapa lo componían junto a los citados Ullrich, Kloden y Basso. Landis intentó su día de gloria en el descenso, sin fortuna, por lo que se presentaron al esprint en la recta del Grand Bornand. Kloden salió como un proyectil a 200 metros de meta y daba la impresión de que se podía llevar la etapa, pero Armstrong se la arrebató en meta. Karpets brilló y acaricia el maillot blanco en la jornada en la que Pepote Ballester disfrutó en directo del Tour.