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A los dieciséis años abandonó su país natal, donde compaginaba el fútbol en un centro de formación con su trabajo como guía turístico, en busca de un futuro mejor. Apenas un lustro después, aquel chaval imberbe y descarado que se rebeló contra su suplencia en el Real Madrid para ser una estrella en el Real Mallorca, regresó a su país como un rey, en un avión privado, escoltado por su familia y aclamado por todo un país, para coronarse como el nuevo monarca del fútbol africano. Samuel Etoo (Nkon, 1981) escribió ayer su nombre en una lista de lujo, un escaparate sólo al alcance de un puñado de artistas. Su elección como Balón de Oro por la Confederación Africana de Fútbol (CAF) le sitúa en la cúspide del fútbol mundial. Con 23 años recién cumplidos, sus números ya pertenecen a otra galaxia y sus vitrinas comienzan a cargarse de trofeos y reconocimientos. Máximo goleador en la historia del Mallorca en Primera División y en competición europea, 2 Copas de Africa, un oro olímpico y una Copa del Rey, amén de una Champions y una Intercontinental con el Madrid que saboreó desde la suplencia, jalonan el historial de un futbolista extraordinario que ya fue incluido para la elección de mejor jugador del mundo, el Balón de Oro originario, y que camina con paso firme hacia la leyenda.

Samu logró el título como Mejor Jugador Africano del año 2003 en una ceremonia celebrada anoche en el Hotel Hilton Yaoundé y que contó con la presencia de la familia del futbolista y el presidente del club balear, Mateo Alemany, que viajaron en un avión privado al mediodía de ayer para cubrir la ruta Palma-Yaoundé en cinco horas y media. El delantero del Mallorca ocupó el primer cajón del podio flanqueado por el marfileño Didier Drogba, del Olympique de Marsella, y el nigeriano Jay Jay Okocha, que no acudió a la ceremonia aduciendo la importancia del partido que disputará hoy con el Bolton ante el Leeds.

El anuncio del premio fue saludado con una ovación por los aficionados cameruneses que se congregaron fuera del recinto donde se celebró la gala. El delantero del Mallorca dedicó el galardón a su ex compañero Marc Vivien Foe, el «León Indomable» que murió mientras disputaba la semifinal de la Copa de las Confederaciones, contra Colombia. «Le quiero agradecer todo lo que me ayudó en mi carrera, porque es un premio que le debo a Marco», indicó Etoo, que ya le dedicó a Foé su éxito en la final de la Copa del Rey. Con los números en la mano, 2003 ha sido un año mágico para Samuel Etoo. El camerunés selló una tarjeta de lujo, un balance plagado de elogios que desembocó ayer en la máxima distinción internacional recibida jamás por un futbolista del Real Mallorca.