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Luis Aragonés no es partidario de reforzar la plantilla a mitad de temporada porque lo considera una forma de reconocer los errores cometidos en la planificación de la pretemporada. Otros técnicos, en cambio, afrontan este mercado invernal como una segunda oportunidad para rectificar y enderezar el rumbo tras un comienzo dubitativo. La experiencia de los últimos años en el Real Mallorca le da la razón al entrenador madrileño. Y es que el mercado de invierno le ha proporcionado al club balear alguna alegría en el último lustro (Santi Ezquerro o Samuel Etoo), pero también bastantes decepciones (Milijas, Pineda, Angel Pérez...).

A cuatro días para que se abra de nuevo la posibilidad de tramitar nuevas licencias en la LFP, el próximo viernes día 2, y con el nigeriano Finidi y el argentino Pereyra como posibles incorporaciones, es el momento de analizar el rendimiento de los últimos fichajes de invierno realizados por el Mallorca desde su último ascenso a Primera.

En la temporada 1997-98, con Héctor Cúper en el banquillo, tres nuevos jugadores colgaron su equipaje en el vestuario después de las Navidades: Santi Ezquerro, Iván Rocha y Milan Milijas.

De todos ellos, el más rentable fue Ezquerro. Cedido por el Atlético de Madrid, su participación fue clave para que el equipo alcanzara la final de la Copa del Rey al marcar un gol determinante en Balaidos en los octavos de final. En la Liga también contribuyó con un par de tantos. Firmó una tarjeta de 8 goles en 20 partidos. Meses después, el Atlético lo traspasó al Athletic de Bilbao por 1.000 millones de pesetas.

El rendimiento de Iván Rocha fue inferior. El brasileño, que jugó como central y pivote, participó en 11 encuentros y alternó buenas actuaciones con otras irregulares. Milijas, que llegó procedente del Zemun para ocupar el lateral derecho, sólo jugó un encuentro, y fue en la Copa del Rey.

En el invierno siguiente también se produjeron novedades. Héctor Cúper se empeñó en la contratación de Mauricio Pineda y su fichaje fue un rotundo fracaso. Pineda, cedido por el Udinese, jugó como lateral por ambas bandas, pero jamás encontró su sitio. Regresó al fútbol italiano con una pobre tarjeta de cinco encuentros.

Sin duda, el mejor fichaje del Real Mallorca a mitad de campeonato llegó en la siguiente campaña. En enero de 2000, en la víspera del partido que disputaba el equipo isleño en el Santiago Bernabéu, Antonio Asensio consiguió que Lorenzo Sanz le cediera a un chaval de 18 años que respondía al nombre de...Samuel Etoo.

El camerunés no debutó hasta dos meses después y su estreno fue una premonición: una asistencia a Diego Tristán en el último minuto que desembocó en el triunfo. Semanas más tarde, Samuel Etoo explotó todo su talento en el Nou Camp contribuyendo con dos goles al primer triunfo mallorquín en Can Barça. Esa primera media temporada marcó 6 goles en 13 partidos e inició una trayectoria que le ha convertido en el mejor jugador en la historia del Real Mallorca.

A mitad de la temporada 2000-01, con Luis Aragonés, el club no realizó ninguna inversión pero sí que inscribió a un futbolista en invierno. Germán Burgos, que no había sido inscrito en verano, ocupó la vacante dejada por Carlos Roa, lesionado. El Mono sólo firmó tres partidos.

En la siguiente campaña, con el Mallorca coqueteando con el descenso y Samuel Etoo en la Copa de Africa, llegó a la isla Roberto Losada. El ex jugador del Oviedo, que prácticamente había estado casi un año inactivo por una grave lesión, cumplió cuando el camerunés defendía la camiseta de su selección y marcó algunos goles importantes. Sin embargo, no tuvo continuidad y regresó al anonimato del banquillo. Su experiencia se resume en 4 goles en los 13 partidos disputados.

A estas alturas de la pasada temporada, el Mallorca presentó a Angel Luis Pérez, suplente en el Oviedo, y que pasó desapercibido en Palma. El defensa sólo jugó dos partidos y regresó a Asturias como llegó, en silencio.