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La Liga ACB ha necesitado una sola jornada, la primera de la temporada 2003-04, para reivindicar sus dotes como espectáculo televisivo por excelencia ante quienes todavía albergan alguna duda al respecto y alimentan un debate que, enfrentado a la auténtica realidad del baloncesto, resulta insostenible.

A pesar del innegable perjuicio que la revuelta de los clubes por la venta de los derechos audiovisuales ha causado a la competición, errónea por su belicoso planteamiento, el inicio del campeonato se ha saldado con una asistencia de casi 50.000 espectadores a los ocho pabellones donde ha habido encuentros (47.511 según las cifras oficiales de la propia ACB.

Tres de esas instalaciones, de entrada, cubrieron todo su aforo: el Pazo dos Deportes de Lugo, con 6.000 aficionados para ver el 60-69 arrancado por el Barcelona ante el Breogán; el Raimundo Saporta, que premió a sus 5.000 espectadores con un emocionante 92-91 en el Real Madrid-Joventut que estrenaba la nueva etapa de Aíto en el banquillo; y el Martín Carpena de Málaga, una vez más atestado por 8.511 incondicionales que celebraron el triunfo del Unicaja frente al Fórum Valladolid por 95-92.

La media de asistencia de la jornada, con conflicto televisivo y todo, supera los cinco mil espectadores por encuentro (5.051), igual que la temporada pasada. En el Fuenlabrada-Caja San Fernando, dominado a golpe de triple (87-101) por el equipo andaluz, primer líder de la campaña, sólo faltaron seiscientos aficionados para completar la capacidad del Pabellón Fernando Martín (4.500 sobre 5.100); en el Etosa Alicante-Girona, quinientos (4.600 sobre 5.100); y, por último, el Estudiantes-Murcia, dominado por los colegiales (70-58), congregó a 8.000 personas en el Palacio Vistalegre.

Esas cifras, indiscutibles, responden a un hecho cierto, nunca a la casualidad. Los casi 50.000 espectadores que han acudido a las canchas este fin de semana han vivido un magnífico espectáculo que, sin discusión, también merecen quienes no pueden acercarse a los pabellones o no cuentan con un equipo ACB en su ciudad y que, como ya ha quedado sobradamente demostrado genera excelentes audiencias.