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Las declaraciones de Jaime Pacheco, en las que criticó la actitud y el rendimiento de algunos de sus jugadores, además de mostrarse disconforme con la línea de trabajo del club, no han sentado nada bien en el seno del vestuario. Uno de los objetivos de las iras del preparador luso fue Alejandro Campano, que se declaró a la conclusión del encuentro de ayer «dolido con el entrenador. Le pediré explicaciones. Me siento mal, porque el público tiene un concepto de mí diferente. Sólo pido paciencia, pues hace tiempo que no juego noventa minutos», dijo el centrocampista andaluz, que tiene claro que está en el Mallorca «para trabajar y dar la cara por el club».

Sobre su inexistente relación con Miquel Àngel Nadal a raíz de la final de la Copa del Rey. «No me hablo con él, sólo si el entrenamiento o el partido lo requieren», comentó en la Cadena Ser el donostiarra. Nadal recogió el trofeo en el Martínez Valero y Olaizola considera que le hizo «un desprecio muy grande, pues se llevó a Paco Soler a buscar la Copa. Llevo nueve años en este club y nadie me puede humillar. De todas formas, no soy rencoroso y el tiempo lo curará todo», afirmó.

En la misma tónica se mostró Javier Olaizola. El capitán definió como «desafortunadas» las palabras de Pacheco, que cargó contra algunos de sus jugadores, caso de David Cortés, entre otros. El defensor vasco prefirió restar importancia a esos comentarios y mantener que «si hay que arreglar algo, para eso está el vestuario. Si hay que tomar una decisión al respecto, lo haremos mañana -por hoy- y dentro de la caseta», añadió.