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El «caso Borrás» sigue generando marea en todos los ámbitos del fútbol balear y la dimisión del presidente del Comité Balear de árbitros, Doménech Riera, así como la de toda su junta directiva, no han hecho más que añadir incertidumbre al panorama en el que se encuentra ubicado el balompié del archipiélago. Después de que Doménech anunciara su adiós al frente del colectivo arbitral, se ha producido un vacío de poder en el comité que tratará de suplantarse la próxima semana, una vez que el dirigente haga entrega de su renuncia en los locales de la FBF.

Esa decisión, que vino sucedida de una reunión entre los colegiados palmesanos en la que se votó que no se pararía el fútbol este fin de semana, carece todavía de credibilidad por parte del sector más crítico con el trabajo del ex-presidente, que no termina de creerse su marcha al considerar poco fiable el mensaje que Doménech quiso transimitir antes de despedirse de su cargo. Lo más positivo de momento, es que parece que no habrá problemas para que este fin de semana se jueguen todos los partidos programados.

Juan Armenta Fernández, uno de los colegiados más activos desde esa postura en la oposición, manifestó ayer que «estoy convencido de que finalmente no presentará la dimisión e intentará morir matando, porque yo de hecho, no me creo las razones que alegaron para dejar el comité». Armenta abunda también en que la actitud de la directiva ha sido «irresponsable y falta de ética, porque ahora de golpe han decidido irse todos. Así intenté exponerlo durante la reunión, pero algunos se molestaron cuando pregunté por las razones de ese comportamiento», destaca.