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Mentalización. Esa es la palabra que aparece subrayada en el discurso que Gregorio Manzano ha redactado tras firmar el sexto partido sin mácula, ese que ha metido a la plantilla 2002/03 en la historia del club. El técnico jienense ha insistido en que el equipo «debe mantener la actitud» para ganar en Santander y que sólo «el trabajo colectivo» explica la concatenación de triunfos que han logrado los baleares.

«Hay que estar preparados para todo, incluso para perder», señaló ayer el preparador andaluz en toda una declaración de intenciones. Sabe el de Bailén que el éxito de los modestos suele ser efímero y que, tal y como ha llegado la ristra de victorias, puede llegar la de derrotas: «Perderemos, eso seguro, pero debemos buscar soluciones para que no repercuta negativamente en nuestro juego. Creo que si seguimos manteniendo la línea de actuación que hemos mostrado fuera de casa, va a ser difícil que nos ganen». Manzano significó que la clave de la progresión mallorquinista está «en la vocación ofensiva y la seriedad en defensa» por lo que dijo que el Racing «deberá trabajar mucho para ganarnos».

Interrogado sobre el calificativo de «equipo grande» que se ha asociado al Mallorca desde tierras cántabras, el entrenador rojillo quiso aclarar que «es el respeto que los jugadores se han ganado. Debemos asumir ese calificativo sin serlo; el mejor equipo es el que, con los medios que tiene, sabe explotarlos. Nosotros estamos sacando un rendimiento positivo a todos los que están jugando, porque todos hacen lo que deben». Sin embargo, Gregorio Manzano puntualizó que «si perdemos la humildad y el concepto de equipo podemos perder ante cualquiera. Me halaga que Preciado haya dicho que somos uno de los grandes, pero creo que nos lo hemos ganado».

Sobre los elogios esparcidos por el técnico racinguista en la conferencia de prensa que ofreció el pasado jueves en Santander respecto al Mallorca y al inquilino de su banquillo, el entrenador insular comentó que «intento abstraerme de todo este maremagnum. Trato de ser el mismo que hace cinco semanas y no se me van a subir los humos a la cabeza». Cuestionado sobre su regreso a El Sardinero dijo que «vuelto a un lugar en el que trabajé poco tiempo. No pude acabar el trabajo que me encomendaron, que era el de lograr la permanencia, pero en Santander me trataron entrañablemente bien».