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2 REAL MADRID: Casillas, Míchel Salgado, Hierro, Helguera, Roberto Carlos, Celades, Cambiasso McManaman, Guti, Zidane; y Ronaldo.
Cambios: Bravo por Roberto Carlos y Solari por Zidane y Miñambres por Mcmanaman
2 AEK ATENAS: Hiotis; Kostenoglou, Wright, Kapsis, Georgatos; Lakis, Katsouranis, Zagorakis, Kassapis; Tsartas y Nikolaidis.
Cambios: Centeno por Georgatos, Maladenis por Tsartas e Ivic por Nikolaidis.
Àrbitro: Herbert Fandel (GER). Mostró tarjetas a Roberto Carlos, Georgatos y Zagorakis.
Goles:
1-0, minuto 24, McManaman.
2-0, minuto 43, McManaman.
2-1, minuto 74, Katsouranis.
2-2, minuto 86, Centeno.

EFE-MADRID
El Real Madrid no hizo los deberes por culpa de su exceso de confianza y cedió un empate ante el AEK de Atenas (2-2), resultado que le obligará a tomarse mucho más en serio de lo que esperaba sus dos últimos compromisos de la primera fase de la Liga de Campeones, ante el Roma y el Genk. De paso, el equipo blanco, desperdició una excelente oportunidad de lograr victoria número 200 en competiciones continentales y alcanzar la cifra de 150 triunfos en la Copa de Europa, su torneo favorito, el mismo día que Ronaldo Nazario vistió por primera vez la camiseta madridista en un partido internacional.

El Real Madrid, prácticamente con el mismo equipo que ofreció una pobre imagen ante el Racing el sábado -Celades entró en el once inicial por Makelele-, volvió a defraudar, esta vez en casa, donde solía solventar sus duelos con autoridad. Ronaldo falto de velocidad poco pudo hacer salco asistir a su compañeos como lo hizo en el segundo gol del Real Madrid, obra de Steve Mcmanaman en el minuto 43. Ronaldo, con espacio por delante, amagó un par de veces a su marcador, casi andando, y dio un excelente pase al hueco al jugador inglés que éste no desaprovechó.

McManaman ya había abierto la cuenta del equipo blanco en el minuto 24 con un disparo con la pierna derecha dentro del área griega tras un pase atrás de Cambiasso. El AEK, un equipo que tendría muchos problemas para sobrevivir en la Primera División española, no dio una a derechas en los primeros 45 minutos, pero reaccionó tras el descanso gracias, sobre todo, a la indolencia de su rival. Convencido de que su ventaja de dos goles le aseguraba el triunfo, el Real Madrid afrontó la segunda mitad con muy poca intensidad. Sesteó, tal vez para guardar fuerzas para envites futuros, y dio vida al equipo griego.