Cuando Luis Aragonés se acercó a la orilla del Manzanares, nunca
pensó en que se iba a encontrar a un grupo de jugadores que venían
del Mediterráneo. En la mochila del ascenso metió una porción del
proyecto exportado desde la Isla, con nombres de tanto oficio,
prestigio y solvencia como los de Stankovic, Armando, Carreras o
Germán Burgos. Curiosamente, casi todos fueron suplentes a las
órdenes del técnico madrileño que, sin embargo, les confió la
responsabilidad de devolver al Atlético a la elite. Ahora, y pese a
que todo apuntaba que serían carne de traspaso, vuelven a Son Moix
con la zamarra rojiblanca y el corazón en rojo.
Jovan Stankovic y Lluís Carreras vivieron seis temporadas en
Mallorca. Hicieron el tránsito que va desde la Segunda División
hasta la Liga de Campeones y luego hicieron el camino a la inversa.
De vuelta a la categoría de plata "el yugoslavo tras un paso sin
excesos por el Olympique de Marsella", ambos han sido piezas clave
en el ascenso a Primera División, a pesar de que ahora su papel es
más bien secundario. El catalán tiene pocas opciones con Sergi
flanqueando el lateral, mientras el centrocampista serbio aparece
algunos minutos para intentar algún desborde o poner un balón de
seda en algún golpe franco.
Los dos conocen a la perfección el engranaje del Mallorca, su
historia reciente, sus interioridades. A los dos les costó mucho
abandonar la Isla para vivir en Madrid, a pesar de que ahora la
gloria les ha reclamado de nuevo. A pesar de que el Atlético de
Madrid se ha reforzado mucho, los dos saben que la temporada es
extensa y que acabarán formando parte del proyecto de Aragonés.
Mientras, Germán Burgos ha trasladado sus excentricidades y su amor
por el rock and roll a la capital de España. El portero que más
aprecia a los Rolling Stones ha sido sacudido desde su llegada a
España por los que siempre han preferido a porteros más estéticos,
más convencionales.
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