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José A.Diego - MÚNICH
Reyes Estévez cedió por dos milésimas su corona europea de 1.500 al francés Mehdi Baala y hubo de resignarse a participar, junto con David Canal y Mayte Martínez, en el baño de plata que España se dio en la tercera jornada de los campeonatos de Europa. El equipo español, con ocho medallas en tres días de competición, volvió a ponerse de moda en Europa, como hace cinco meses en Viena durante los campeonatos continentales bajo techo. Diez minutos tuvo que esperar Reyes Estévez para resignarse a la pérdida del título. Los cronometradores le atribuyeron al principio la victoria, después la repartieron entre los dos primeros con idéntico registro de 3:45.25 y terminaron por dejar sin oro al español, que sin embargo se siente ganador.

La delegación española presentó una reclamación pero el fallo puede esperar, incluso, hasta mañana, dado que el jurado técnico tiene varias protestas pendientes de examen. El reglamento de los campeonatos permite compartir una medalla. La final de 1.500 salió muy lenta (1:03.52 al paso por los 400 metros y 2:10.49 por los 800). Estévez y José Antonio Redolat se pusieron en cabeza para evitar tropezones y aguardaron a que el más nervioso abriera fuego. Lo hizo el menos esperado, el italiano Lorenzo Perrone, al entrar en la última vuelta. Reyes Estévez se pegó a él y remató a 300 metros de la meta, tal vez demasiado pronto, como él mismo reconoció. En el último metro Mehdi Baala le dio alcance y el vídeo de llegada hizo el resto.

Juan Carlos Higuero fue siempre mal colocado, corriendo por la calle dos, y cuando esperaba sacar el cambio, en una carrera lenta, idónea para sus cualidades, no pasó del quinto puesto. Peor aún se comportó el valenciano José Antonio Redolat, que terminó undécimo, hundido en el fondo del grupo con 3:48.28. España había ganado los dos títulos anteriores de 1.500 con Fermín Cacho en Helsinki´94 y Estévez en Budapest´98 y aspiraba a igualar el récord de tres victorias consecutivas que estaba en poder de la generación dorada de Gran Bretaña.

A continuación, el barcelonés David Canal logró al fin, después de varios años persiguiéndola, una medalla en alta competición. Afrontó la final de 400 con reservas y su táctica le salió bien. En la recta de meta fue adelantando a corredores hasta acabar segundo con su mejor marca de este año (45:24) a una décima del vencedor, el alemán Ingo Schultz. La moral del equipo español se vino definitivamente arriba con la plata de Canal y la vallisoletana Mayte Martínez remató la faena con otra plata, en la final de 800. La eslovena Jolanda Ceplak refrendó su condición de reina de Europa con una victoria en solitario desde la primera curva y una marca de relieve: 1:57.65. Mayte se puso tercera en la contrameta y dejó para la recta final fuerzas bastantes para arrebatar la plata Kelly Holmes con la mejor marca de su vida (1:58.86).

España adelantó a Gran Bretaña en el medallero y se coloca en un insólito segundo puesto con dos oros (Paquillo Fernández y Chema Martínez), tres platas (Estévez, Canal y Mayte Martínez) y tres bronces (Juan Manuel Molina, José Ríos y Jesús Angel García). El polaco Robert Korzeniowski, «el emperador de la marcha», adornó su segundo título europeo consecutivo de 50 kilómetros marcha con un nuevo récord mundial (3.36:39) al cabo de un recorrido en solitario desde el décimo kilómetro. Desde el comienzo de la prueba el polaco, animado por un ruidoso grupo de compatriotas, marchó a ritmo de récord mundial. Pasó los diez km. en 44:46, y los 40 en 2h53:55. Nadie pudo inquietarle.