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Efe FRANKFURT
Alemania recibió ayer en Frankfurt a su selección nacional con auténticos honores de campeona, a pesar de que el equipo del seleccionador, Rudi Voeller, no pudo vencer a Brasil en la final de la Copa del Mundo. Más de diez mil personas se concentraron frente al ayuntamiento de Frankfurt donde la alcaldesa de la ciudad, Petra Roth, recibió al equipo y desde cuyo balcón estaba previsto que los hombres de Voeller saludaran al público.

Entre los cientos de banderas alemanas podían verse carteles con las frases «Kahn es nuestro héroe», «Campeón de corazones» y «Rudi, presidente», entre otras. Muchos asistentes portaban además caretas con el rostro de Voeller o pelucas emulando la melena blanca del seleccionador germano. El entusiasmo de los alemanes por las celebraciones futbolísticas, una de las pocas ocasiones en las que Alemania muestra sin complejos su patriotismo, fue aprovechado por algunos, como los vendedores de banderas.

Los miles de asistentes, algunos de los cuales habían llegado más de cinco horas antes, no pararon en ningún momento de cantar y corear los nombres de los jugadores, sobre todo el de Voeller y el de Oliver Kahn, capitán y portero de la selección y cuyo error en el partido de ayer propició la victoria de Brasil.

Hacia las 17.45 horas GMT, Kahn fue el primero en aparecer ante el público, que coreaba la canción «We are the champions» (somos los campeones) de la banda británica Queen.

Kahn llevaba vendados dos dedos de su mano derecha debido a un pisotón involuntario del brasileño Gilverto Silva, una lesión que, según ha apuntado la prensa alemana, pudo ser la responsable del fallo del alemán en el partido del domingo.