TW
0

Nemesio Rodríguez YOKOHAMA
En la tierra del ginseng y del «kampo», Oliver Kahn, el guardián de la portería de Alemania, también atesora un secreto que a veces lo convierte en pulpo de ocho brazos o en gigantesco luchador de sumo imposible de superar.

El secreto de Kahn, de 32 años, no es la planta energética que se utiliza con fines medicinales en Corea y Japón, ni los «kampo» (productos naturales) para equilibrar el metabolismo. Su clave tiene nombre y apellido: el ex portero Joseph «Sepp» Maier, titular de la Alemania que ganó el Mundial de 1974 y de la que jugó los de 1970 y 1978. También estuvo en el de 1966 aunque no jugó. Noventa y cinco veces internacional.

En vísperas de los partidos decisivos, Kahn destila seguridad y repite siempre la verdad como un templo de que «es muy difícil ganar a un equipo alemán».

El domingo le espera en el estadio Internacional de Yokohama uno de los retos más exigentes de su carrera: frenar el apetito de gol del trío brasileño formado por Ronaldo, Ronaldinho y Rivaldo.

Pero Kahn no se amilana: «Son ellos (los brasileños) los que tienen que demostrar que son capaces de hacerme un gol». Uno de esos rivales, Rivaldo, está decidido a hacerlo, pero no duda en reconocer que «es muy difícil meterle un gol».

Lo saben los jugadores del Real Madrid, que hace dos temporadas sufrieron lo indecible ante los increíbles reflejos de Kahn que ahogó, en el partido de ida de la semifinal de la Liga de Campeones, una ocasión tras otra en el Santiago Bernabeu.