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J. Antonio Lladós BARCELONA
Hubo podio español en todas las cilindradas que se disputaron en el Gran Premio de Catalunya, en Montmeló, pero en ninguna de ellas se logró la victoria, pese a que, en 125 c.c., Daniel Pedrosa (Honda) estuvo muy cerca de lograrla, pero sucumbió al potencial de la Gilera del sanmarinense Manuel Poggiali.

Cronológicamente esa era la primera cilindrada en disputa y las expectativas quedaron ampliamente confirmadas desde el principio, pues tanto Poggiali como Pedrosa se pusieron rápidamente en cabeza, con sorpresas de uno y otro signo a continuación, pues el madrileño Pablo Nieto (Master Aprilia), que había sido el segundo más rápido en los entrenamientos, se quedó rápidamente descolgado al sufrir numerosos problemas con el neumático trasero de su moto.

Quizás fue un defecto, pues el madrileño había probado los neumáticos en las jornadas previas y tenía clara su elección, pero en carrera la cosa varió, lo que le dejó sin opciones de defender sus aspiraciones al podio. Solos se quedaron Poggiali y Pedrosa y aunque el catalán lo intentó con ahínco el potencial de la Gilera de Pedrosa resultó un obstáculo insalvable sobre la misma línea de llegada.

Cabe destacar el decimocuarto puesto del mallorquín Jorge Lorenzo (Derbi), que de esta manera suma sus dos primeros puntos en el Campeonato del Mundo de 125, un resultado esperanzador en un circuito que conoce a la perfección.

Otra de las grandes esperanzas era el madrileño Alfonso «Fonsi» González Nieto (Aprilia) en los 250 c.c. Luchó «Fonsi» casi todo el tiempo con el italiano Marco Melandri (Aprilia) por la victoria, pero poco después de cumplirse la décima vuelta de carrera comenzó a tener problemas con el neumático delantero que le impidieron mantener el mismo ritmo e incluso permitió la llegada desde atrás del piloto de Fortuna Honda, el italiano Roberto Rolfo, que acabó por birlarle la segunda posición.

Carlos Checa fue quien más luchó por ganar su primer gran premio de la temporada, pero tuvo que rendirse ante la evidencia de la superioridad manifiesta de las Honda RC 211 V y en particular la de Valentino Rossi.

Checa lideró la carrera durante bastantes vueltas, hasta que Rossi decidió pasar al ataque y marcharse en busca de la victoria.