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El Real Mallorca continúa siendo uno de los equipos más privilegiados en el grupo de los implicados en el descenso de categoría. El hecho de tener que disputar dos partidos en Son Moix, añadido a la circunstancia de que sigue dependiendo de él mismo, hace que hoy por hoy sea un claro candidato a mantenerse en Primera. En estos instantes tiene más cosas a favor que en contra y, si bien no puede permitirse ningún otro tropiezo en casa, es evidente que Osasuna, Zaragoza y Tenerife se cambiarían de inmediato por el equipo que dirige Sergio Kresic. Betis y Valladolid son los dos últimos escollos que hay que superar aunque, entre ellos, aparece el Real Madrid del «centenario» donde también se puede arrancar algo positivo, aunque en las cuentas previas la lógica indica que será extremadamente difícil dar un golpe de efecto.

El margen de error de cada vez se ha acortado más y tanto los equipos que están por debajo del Mallorca como los que están por encima, ninguno puede permitirse el lujo de perder muchos más puntos. Los calendarios, para muchos, no invitan al optimismo y no es precisamente el Mallorca el que peor lo tiene. Cierto es que el Betis vendrá aquí con opciones de entrar en la Champions y que visitará el Bernabéu con un Madrid en plena lucha por el título y quien sabe si fuera de Europa. Sin embargo, basta con echar un vistazo al resto de equipos y a los partidos que tienen que afrontar para comprobar que también ahí muchos pueden llegar a tener envidia del equipo rojillo. Equipos como el Zaragoza, Las Palmas o Villarreal tienen pesadillas cada vez que miran lo que se les viene encima y más si tienen que afrontar dos de los tres encuentros lejos de su terreno de juego. No obstante, el cuadro balear se encontrará con varios hándicaps a tener en cuenta. El primero de ellos son las más que posibles primas a terceros que, sin duda, elevan extraordinariamente la motivación de los rivales que nada se juegan, caso de Valladolid.

Por otra parte, también hay que vigilar el compadreo que puede existir entre equipos que por uno u otro motivo puedan tener un alto nivel de complicidad sobre el campo. Los protagonistas niegan sistemáticamente que esto ocurra, pero ocurre. Pese a todo, el Mallorca tiene más ventajas que muchos en este frenético final de campeonato. Por calendario y por que los dos rivales que vienen a Palma no son mejores que el grupo rojillo, la esperanza se mantiene al máximo y más si la actitud que exhibe el conjunto balear es similar a la del último partido disputado en Son Moix. Todo está a favor de los jugadores de Kresic.