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La historia reclama al Binissalem. El equipo de Miquel Bestard encara la visita del Castellón en el partido de ida de la primera eliminatoria de la fase nacional de la Copa Federación (Miquel Pons, 20.30 horas) en lo que será uno de los compromisos más importantes del club desde su gestación. A pesar de ser una competición menor, la entidad azulada ha convertido el encuentro en una fiesta en la que se ha involucrado todo el municipio.

Nunca un partido tuvo tanta repercusión en Binissalem. Será por el rival "que presenta un currículum envidiable" o porque el grupo de Bestard no está acostumbrado a los excesos, el choque ante el Castellón escapa de lo convencional. Después de ganar al Ferriolense en la final de la fase balear en una eliminatoria extraordinaria, el grupo de la tierra del vino afronta el envite como un premio. La directiva ha repartido más de 500 entradas entre los escolares y el ambiente está garantizado.

El Binissalem transita sin mucho ruido por la Liga, pero en la Copa ha encontrado petróleo. Accedió a la final y allí volcó un marcador adverso, algo que le ha permitido acceder al segundo ciclo. Ahora, se mide a un Castellón que circula por el grupo III de Segunda B con poca brillantez, pero con una plantilla ampulosa: Valero, Dani Bouzas o Salillas son algunos de los linajes que destacan en su nómina. Los albinegros, que se encuentran en la 13ª posición y que viene de perder ante el Toledo (1-2), es probable que jueguen con muchos suplentes. Santi Palau hará rotaciones pensando en el próximo compromiso liguero ante el Mensajero.

Bestard no tiene bajas y confiará en la experiencia de algunos de sus futbolistas como Boli, Cristian o Tovar, con pasado en la categoría de bronce, para tumbar a un equipo confeccionado para lograr el ascenso a Segunda B. Los azulados buscan un resultado cómodo para afrontar la vuelta con garantías.