Luque, con las manos en la cara tras fallar una acción ante la meta de Cavallero. Foto: T.MONSERRAT.

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0 REAL MALLORCA: Roa (HHH); Olaizola (-), Niño (-), Nadal (H), Miquel Soler (-); Campano (-), Engonga (-), Marcos (-), Díaz (-); Losada (-), y Luque (-).
Cambios: Novo por Díez, Ibagaza por Losada y Carlos por Campano.
1 CELTA: Cavallero (H); Coira (HH), Cáceres (HH), Berizzo (HH), Silvinho (HH); Vagner (HH), Karpin (HH), Mostovoi (HH), Giovanella (HH), Jesuli (HH), Catanha (HH).
Cambios: Serio por Berizzo, Doriva por Giovanella y Gustavo López por Jesuli.
Àrbitro: Ansuátegui Roca, del colegio valenciano. Amonestó a Sergio, Catanha, Mostovoi, del Celta; a Engonga, Siviero (en el banquillo) y Novo del Mallorca.
Gol:
0-1, min. 25: Jesuli.

Miquel Alzamora
El Real Mallorca volvió ayer a la realidad de una competición en la que parece estar llamado a alternar actuaciones sobresalientes con mediocres papeles. Ayer tocó bailar al ritmo que marcaba el rival, se perdió por la mínima y, lo que es peor, el grupo balear exhibió de nuevo su peor cara, la de no saber a qué jugar ni a qué atenerse. Roa evitó una derrota mayor, pero el tanto marcado por Jesuli fue suficiente para dejar escapar los tres puntos y ver frenada en seco la trayectoria ascendente en la que se había entrado. En la primera parte, el Real Mallorca ofreció su peor versión. Fue otra vez ese equipo sin rumbo, sin ideas, sin criterio. Cambió de la noche al día. Cierto es que los jugadores insisten en que ni antes eran tan buenos ni ahora tan malos, pero la realidad indica que ayer, en los primeros 45 minutos, este equipo no fue ni la sombra del que se enfrentó al Athlétic Club de Bilbao ni tampoco el que goleó al Deportivo Alavés.

¿Qué funcionó ayer?, siendo justos sólo estuvo bien, perdón, muy bien, Carlos Roa, el resto deambulaba por el césped de Son Moix, perdía la pelota constantemente, no creaba ni tenía la posesión del balón y, del juego de bandas, mejor no hablar. Cuando uno lo hace todo mal, el equipo que está en frente suele tomar buena nota y el Celta se percató de inmediato de que, frente a él, no había un equipo, sino un grupo de futbolistas que se movían sin guión.

Los números en este primer periodo fueron terribles. Los rojillos vieron sólo de lejos la meta del portero Cavallero, mientras que Roa, a los doce minutos sacó de manera extraordinaria una pelota cabeceada por Sergio. Era el minuto doce, nueve después Vegner volvía a avisar con un fuerte disparo desde el borde del área. Tras dos avisos, llegó la estocada. Jesuli aprovechó una imprecisión en la zaga para meter la directa hacia la meta bermellona, driblar a Engonga y Niño y, de disparo raso, batió a Roa. El cero a uno terminó por dejar más tocado al once de Kresic que, lejos de mejorar, continuó sumergido en pleno relax, siendo incapaz de revertir la situación. Tal y como estaban transcurriendo los acontecimientos, lo mejor era llegar al descanso y esperar tiempos mejores.

En la reanudación el Mallorca intentó despertar. Un cabezazo de Albert Luque y un disparo de Cristian Díaz que detuvo Cavallero, hizo albergar ciertas esperanzas pero poco a poco el conjunto vigués, abanderado por Jesuli que atacaba por la izquierda, creaba más y más problemas. El Mallorca continuaba exhibiendo un juego tenebroso mientras que los vigueses, por momentos, se adornaban. Que si un taconazo, que si un quiebro por aquí, que si una contra. En fin, el Mallorca bailaba al son del Celta, aunque los de Víctor Fernández fallaban en las inmediaciones de Roa.

Kresic dio entrada a Ibagaza y Carlos, pero muy poco duró la inyección que dieron estos dos futbolistas. El Celta seguía inquietando, pero se encontró con un Roa enorme que evitó una debacle mucho mayor. Cero a uno y otra vez con problemas, con muchos problemas. Ayer se perdió el criterio sumado estas últimas semanas y los fantasmas del pasado volvieron a dejarse ver por Son Moix de manera importante. Parte de lo ganado se perdió ayer con toda justicia.