Leo Biagini y Kyrdiakos disputan un balón. Foto: TOMÁS MONSERRAT

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1 REAL MALLORCA: Miki (*), Olaizola (*), Nadal (*), Niño (*), Miquel Soler (**), Campano (*), Marcos (*), Novo (*), Paunovic (*) Biagini (**) y Eto'o (**)
Cambios: Francisco Soler (*) por Àlvaro Novo en el minuto 62; Julián Robles (*)por Paunovic en el minuto 70 y Albert Luque (-) por Biagini en el minuto 76.
0 PANATHINAIKOS: Nikopolidis (*), Goumas (**), Vokolos (*), Kyrigiakos (*), Saric (*), Boateng (*), Karagounis (*), Fissas (*), Liberopoulos (*), Kolkkas (*) y Vlaovic (*)
Cambios: Galetto (-) por Kolkkas en el minuto 72; Kontantinos (-) por Karagounis y Warsychas (-) por Vlaovic, ambos en el minuto 79.
Arbitro:
Karl Erik Nilsson (sueco). Amonestó a Vokolos, Luque y Robles.
Gol:
1-0. Minuto 56. Biagini remata a placer tras un gran servicio de Samuel Eto'o.
Incidencias:
Estadio de Son Moix. Terreno de juego en perfectas condiciones. Unos diez mil espectadores para presenciar el encuentro entre el Real Mallorca y el Panathinaikos, correspondiente a la última jornada del grupo C de la Liga de Campeones.

Albert Orfila
Sin opción alguna para la enmienda, el Mallorca logró estirar su tránsito continental después de una función sin adrenalina y en la que casi todo transcurrió como estaba previsto. El Panathinaikos rodeó a Vlaovic de suplentes y destapó un fútbol desinteresado.

Los desajustes locales, especialmente en el primer acto, acabaron metiendo el partido en arenas movedizas, con demasiadas idas y venidas. La nueva propuesta de Kresic "tres centrales y dos carrileros" acabó proyectando a un equipo que generó las dudas de casi siempre, aunque también es indudable que el Mallorca empezó a parecerse a lo que su entrenador siempre a propuesto: defender y buscar el camino más corto hacia la portería contraria. La receta parece relegar a un segundo plano a los futbolistas que se manejan en la sala de máquinas, pero no es así y ahí radica el gran problema. Durante el tiempo que el Panathinaikos se tomó la cita con algo de interés, Valovic, Liberopoulos y Kolka se concedieron demasiadas licencias. Cualquiera de sus disparos pudo haber causados daños importantes.

El Mallorca también se anotó alguna que otra opción, la más nítida en una combinación entre Samuel Eto'o y Leonardo Biagini. Pero tampoco hubo mucho más porque el partido no tardó demasiado tiempo en adquirir un aspecto plomizo. Las buenas noticias llegaron en la segunda parte. Otra vez Eto'o le fabricó un gol a su socio de ataque y esta vez Biagini no falló. Su remate fue horrible, pero Nikopolidis le echó un cable y acabó metiendo el balón en su propia portería. Kresic no tardó en intentar eliminar riesgos y darle a su equipo un perfil más rocoso y cicatero. Retiró a los dos interiores "Àlvaro Novo y Veljko Paunovic" y dio entrada a Francisco Soler y Julián Robles. Panathinaikos no tardó en dejar claro que no pondría demasiadas objeciones.