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Efe - A CORUÑA Diego Tristán Herrera sigue en plena vena de acierto goleador y se convirtió en el verdugo del todopoderoso Manchester United en su propio santuario de Old Trafford, el llamado «teatro de los sueños». El futbolista andaluz (La Algaba, Sevilla, 05-01-76) recaló en el Deportivo procedente del Real Mallorca porque Augusto César Lendoiro y el cuerpo técnico dirigido por Javier Irureta buscaban un delantero-delantero, y las expectativas de entonces, verano de 2000, están dando ahora el fruto apetecido.

Tristán reúne las condiciones técnicas que se le requieren a un jugador de área, pero es que, además, su olfato de gol lo tiene siempre presente, lo mismo con los pies, principalmente el derecho, que con la cabeza. En las encuestas tras los dos últimos partidos, los aficionados deportivistas le otorgaron la mayor puntuación, pese a que consideran que es un jugador frío. No les falta razón, porque a veces Tristán parece de hielo, lo cual le ha valido críticas por acciones concretas en las que se le achaca ausencia de la aceleración requerida en balones con marchamo de gol que sólo necesitan de la puntilla.

Pero su visión del juego ofensivo no es habitual, tanto en la recepción del balón, como en su tratamiento posterior para deshacerse de la marca defensiva y, sobre la marcha, impulsarlo entre los tres palos y lejos del alcance del portero. Tristán está aún madurando como futbolista y hace presagiar muchas tardes de gloria al Deportivo que lo contrató hasta junio de 2008.