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El futuro del Real Mallorca y del fútbol español pasa en gran medida por los guantes de Miquel Àngel Moyà y las botas de Guillem Bauçà, «Bussy». La flamante pareja de campeones de Europa sub 16 prosigue su andanza en común por las selecciones base en Trinidad y Tobago. Será en el archipiélago caribeño donde entre los días 13 y 30 de este mes, España, a las órdenes de Juan Santisteban, dispute el Mundial sub 17.

Bauçà y Moyà partieron ayer hacia la concentración previa, y el jueves se medirán a Irán en Puertollano antes partir hacia el Caribe. «Partimos con la ilusión de repetir el éxito de Inglaterra, pero un Mundial es muy complicado, aunque estamos contentos por poder enfrentarnos a rivales de tanta entidad. Es de agradecer que el entrenador confíe en los mismos de hace unos meses, y por ello queremos devolverle esa confianza», declaró Bauçà.

Igualmente rebosante de felicidad se mostraba el guardameta de Binissalem. «Un Mundial te motiva más y supone una experiencia casi única. Tenemos a nuestro favor el conocernos bien, pues no es la primera vez que jugamos juntos. Es el premio a unos buenos resultados, y sólo podemos esperar que nos vaya bien», comentó.

En la primera fase, España se verá las caras con un hueso como Argentina, sin descuidar a los otros dos rivales de grupo, Omán y Burkina Fasso. «En categorías inferiores, son enemigos temibles y muestran poderío. Argentina es el equipo más a respetar, sin descuidar al resto», señaló Moyà, mientras que Bauçà destacó que «son una incógnita».

No parece descabellado pensar que la selección pueda sumar un nuevo título mundial en Trinidad y Tobago. Caso de pasar la primera fase, España tendría un cruce teóricamente asequible con equipos como Costa Rica, Mali, Paraguay o la conocida Irán. Sería en semifinales cuando los grandes favoritos "Francia, Brasil..." se cruzarían en su camino. De momento, sólo cabe pensar en el día 15, cuando los de Santisteban debutarán ante Omán, un rival que no permite descuidos. «No es utópico hablar de un triunfo en el Mundial, pero si vamos con humildad y trabajamos bien, podemos aspirar a cualquier cosa», afirmó un optimista Moyà.