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Entre el Mallorca y Luis Aragonés se está formando una historia de encuentros y desencuentros. Una vez conquistada matemáticamente la clasificación para la próxima Liga de Campeones presidente (Mateu Alemany) y entrenador (Luis Aragonés Suárez) protagonizaron una rueda de prensa para anunciar la marcha del técnico, supuestamente al Atlético de Madrid.

Entonces el Mallorca se lanzó a una desaforada búsqueda de técnico y comenzó el baile de nombres: Chechu Rojo, Juande Ramos, Sergio Kresic, Claude Puel etc. Pero la búsqueda de nuevo técnico de repente se ralentizó. ¿Qué había pasado? Misterio.
Hasta que el pasado jueves el presidente de la entidad, Mateu Alemany, también en rueda de prensa, arrojaba un poco de luz a esta comedia de entuertos, con trasfondo de intereses creados de quienes no quieren perder su posición dominante en el club, en que se ha convertido «el culebrón Luis». Alemany dijo que no perdía la esperanza de que Luis Aragonés continuara en el Mallorca y cifró estas posibilidades en un uno por ciento. Parece nimia esta tímida apertura de posibilidades, pero es significativa si tenemos en cuenta que dos semanas antes las puertas parecían cerradas a cal y canto. Podemos estar, pues, ante la escenificación de un nuevo encuentro.

Esta semana por lo tanto Antonio Asensio Moshba, seguramente aconsejado por el periodista José María García, amigo personal de la familia y nombrado albacea en temas deportivos por el desaparecido Antonio Asensio Pizarro, adoptará la primera decisión seria en su recién estrenada responsabilidad como propietario: la continuidad o no de Luis Aragonés. De momento, las posibilidades de que Aragonés renueve como entrenador del Mallorca están muy por encima del tímido uno por ciento.