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EFE - BUSTO ARSIZIO
El ciclista italiano Mario Cipollini, del equipo Saeco, logró ayer su tercera victoria en la presente edición del Giro de Italia, la trigésima tercera en su cuenta particular, en una jornada en la que los corredores, incluido él mismo, no querían disputar por lo sucedido el miércoles.

Los 163 kilómetros que separan las ciudades de Alba y Busto Arsizio, en los alrededores de Milán, los recorrió Mario Cipollini en tres horas, 35 minutos y cuatro segundos, a una velocidad media de 45'4 kilómetros por hora. La etapa, marcada por los registros del miércoles por la noche y la anulación de la etapa «reina» del jueves, comenzó con numerosos intentos de escapada, aunque el único que fructificó fue el protagonizado por el español Alexis Rodríguez y el italiano Michele Coppolillo, que llegaron a disponer de casi seis minutos de diferencia a mitad de carrera.

Su aventura, no obstante, acabó a falta de una veintena de kilómetros para el final, pues los corredores del Saeco de Mario Cipollini impusieron un buen ritmo. Mario Cipollini, a pesar de que tuvo algún que otro problema en los metros finales para recuperar la línea de velocidad, hizo valer su fuerza ante su compatriota Marco Zanotti y el alemán Danilo Hondo, que dieron tiempo al grupo de los primeros de la general, comandada por el italiano Gilberto Simoni, seguido de su paisano Dario Frigo, a 15 segundos, y los españoles Abraham Olano y Unai Osa, a 4:28 y 5:22 minutos, respectivamente.

Así Cipollini resultó ser el gran beneficiado de todo lo sucedido en las últimas horas. De estar retirado, el velocista italiano ha vuelto al podio para recoger los laureles de los tres trámites que quedaban hasta llegar a Milán. El Giro, tras la anulación de la etapa reina, ha quedado, según buena parte del pelotón, adulterado, aunque muchos se empeñan en intentar demostrar lo contrario.