TW
0

72 GRANADA:Romero (18), Liñán (14), Serrano (11), Félix Sánchez (12), Mesa (11) "cinco inicial", Talaverón (4), Manzano (0), Cansin (2) y Javier Pin (0).
16 de 41 en tiros de 2 puntos. 7 de 19 en tiros de 3 puntos. 19 de 24 en tiros libres. 29 rebotes (25 en defensa y 4 en ataque). 25 faltas personales.
61 MENORCA: Reynés (6), Deveaux (15), Savane (9), López Vilas (12), Santana (13) "cinco inicial", Rubén Fernández (0), Alba (1) y Jordi Muñoz (5).
13 de 35 en tiros de 2 puntos. 6 de 20 en tiros de 3 puntos. 17 de 22 en tiros libres. 43 rebotes (34 en defensa y 9 en ataque). 24 faltas personales.
ÀRBITROS: Mínguez y Afonso. Excluyeron por cinco faltas personales a Félix Sánchez (Granada) y Deveaux (Menorca).

JOAN MARTÍ
Se desvaneció la gloria, el Menorca bajó ayer a la tierra, tras caer ante el Baloncesto Granada en el quinto partido de la serie de ascenso. El Menorca saltó a la cancha con semblante tenso y olvidando aquello de que «la presión es para ellos», que Quino Salvo no cesó de repetir. Por el contrario, el cuadro andaluz sobrepuso la serenidad a la anarquía inicial con los triples de Dani Romero (3 de 3) y la aportación defensiva de Liñán y Ernesto Serrano en el primer cuarto. El cuadro andaluz alcanzó una renta de nueve puntos en los diez minutos iniciales (20-11). El acierto anotador desde 6'25 metros obligó a Salvo a mutar la defensa en zona por la individual, una decisión que tuvo el efecto esperado alcanzando los menorquines un primer parcial favorable de 0-8 en el segundo cuarto merced al tributo de Mario Santana, tanto en defensa como en ataque.

Un loco y desconocido Deveaux, que a punto estuvo de no jugar, halló el buen tino en la monumental bronca de Quino Salvo. El americano dejó de pulular por la cancha, se metió en el partido y logró un triple (49-51) con el que se cerró el tercer cuarto, después de conseguir la igualada (44-44) en la primera canasta de Reynés. Pero todo se vino abajo en los diez últimos del encuentro. Granada se mostró mucho más acertado y el equipo mahonés cayó víctima de sus propios errores.