Luque lucha con Gurruchaga por un balón durante el partido disputado en El Sadar (1-0). Foto: ALFAQUI.

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El Mallorca salió escaldado de Pamplona. Un tipo llamado Armentano, que a los pocos minutos de pisar el terreno de juego dio en la diana, frustró cualquier intención balear de acercarse algo más la Liga de Campeones. Jugaba el grupo de Aragonés con información más que suficiente para saber el precioso valor que habían adquirido los puntos de El Sadar tras la disputa del clásico catalán, pero los méritos que expuso fueron pocos. Faltó clarididad, sobraron imprecisiones y se echó en falta la pegada exhibida en otras funciones.

Pero las malas noticias no se reducen a la derrota y su efecto en la clasificación "el Barça recorta un punto; Germán Burgos, que había completado una actuación sobresaliente en su segundo partido consecutivo como titular, tuvo que abandonar el terreno de juego lesionado cuando apenas se había consumido un cuarto de hora del segundo tiempo. Micki Garro, como ocurrió en Villarreal, se acomodó bajo los palos y no pudo evitar el tanto que dictaba sentencia tras un error de Fernando Niño. El central bermellón anduvo lento e impreciso ante la carrera de Armentano, quien no tuvo excesivos problemas para zafarse de su marcador, plantarse en el área y cruzar el balón ante la media salida del guardameta mallorquín. Armentano, que había suplido a Àngel Luis, acumulaba unos tres minutos sobre el campo y su primera acción resultó determinante.

Osasuna, que se jugaba casi todas sus opciones de permanencia en el duelo, plantó desde el principio una guerra sin cuartel en la zona de las calderas. La presión de su centro del campo fue constante, aunque el Mallorca no tuvo problemas en aceptar la propuesta. El partido quedó instalado en una zona muy concreta, aunque eso no impidió que los baleares dispusieran de las mejores opciones. Desaparecido Samuel Eto'o, fue Albert Luque quien se convirtió en la principal referencia en ataque del Mallorca. El catalán lo intentó todo. Remató desde la izquierda, desde la derecha, de cerca y de lejos, pero el resultado siempre fue el mismo: el balón lejos de la portería o una milagrosa intervención de Alex, quien despejó de la línea de gol un remate de Albert Luque en el primer tiempo. Ahí estuvo una de las claves.

Aragonés decidió mover pieza en la apertura del segundo tiempo. Retiró a Javier Olaizola y dio minutos a Àlvaro Novo en busca de más profundidad por el carril derecho. Pero el cambio apenas surtió efecto. Osasuna, que siempre buscó la portería balear, no desperdició su segunda gran oportunidad para cobrar ventaja en el marcador. Minutos antes, Burgos había detenido una pena máxima a Iván Rosado, pero el cuadro local nunca se vino abajo y Armentano no desaprovechó su opción, ya con Micki Garro bajo los palos. El 1-0 resultó inalterable. Irrumpió Carlos Domínguez y Miquel Àngel Nadal acabó jugando de delantero centro, pero nada surtió efectó. Atlético Osasuna fue retrasando líneas y se dedicó a defender un marcador que le inyecta grandes dosis de oxígeno. Luque tuvo otra oportunidad, esta vez para empatar, pero ayer no había manera.