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EUROPA PRESS. Regueiro y Amavisca, por la banda izquierda, trajeron en jaque a la defensa mallorquina. La primera ocasión llegó en el minuto cinco con una internada de Regueiro que finaliza en el pase de la muerte y en el rechace, Amavisca manda el balón, por centímetros, alto.

Cuando mejor lo estaba haciendo el Racing, Amavisca aprovechó un balón aréreo. Colsa remató desde fuera del área y el rechace lo cogió Mazzoni que a la media vuelta y de potente disparo batió a Leo Franco. Siguió el Racing inquietando la portería del Mallorca y, en el minuto 25, Amavisca habilitó a Mazzoni que, sólo ante el portero, intentó una vaselina cuando corría el minuto 25. El portero, con la punta de los dedos, salvó la situación.

En el minuto 40, paradójicamente, el Mallorca llegó por primera vez a la portería, gracias a la falta que botó Luque y remató Finidi. Ceballos contestó con una brillante intervención, aunque en el rechace a puerta vacía, Marcos empataba el partido. Tras unos minutos de incertidumbre, en el minuto 44, Melber colgó un balón. Mazzoni rechazó y Colsa, con el interior de su pierna zurda, colocó el balón en la escuadra, colocando el 2-1 en el marcador.

Tras el descanso, el Racing siguió en la misma línea y fue el Mallorca quien despertó. No obstante, en el primer minuto, Regueiro falló una ocasión clarisima sin portero. El centro del campo cántabro se mostró muy seguro y en varias ocasiones con balones aéreos cogían la espalda a la defensa mallorquina. En el minuto 5, Ismael habilitó a Regueiro, que falló sólo ante Leo Franco, y en el minuto 14 la misma jugada, pero con Mazzoni termina con tarjeta amarilla para el portero argentino. Posteriormente Regueiro, que no estuvo acertado, volvió a fallar tras regatear al portero en el minuto 18. Hasta el minuto 25 no llegó la primera oportunida del Mallorca. Fue en un corner olímpico de Luque que paró Ceballos. Pocos segundos después, en un centro al segundo palo, Carreras tuvo la mejor ocasión del Mallorca, pero Ceballos con una mano providencial sacó una pelota de la misma cepa del palo. A partir de aquí, el Mallorca se mostró más agresivo, pero la defensa cántabra, sobre todo por alto, paró todas las ofensivas.