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EFE - MAURITANIA
Josep Maria Servià vio desaparecer completamente sus opciones de ganar el París-Dakar, competición en la que hasta la disputa de la décima etapa era líder al volante del Buggy Schlesser-Megane, mientras que Joan Roma (BMW) tuvo que retirarse apenas iniciado el día al sufrir una fuerte caída y sólo Jordi Arcarons (KTM) aguantó el tipo y se aupó hasta la segunda plaza de la general.

La décima jornada del París-Dakar, disputada en territorio de Mauritania, con salida en El Ghallauiya y llegada en Atar tras 435 kilómetros de recorrido especial cronometrado, fue un auténtica desastre para algunos pilotos y un calvario para casi todos y lo que quedó claro es que ya hay una serie de favoritos que ha dicho adiós a sus opciones de victoria.

Las más destacadas bajas han sido la de Josep Maria Servià, quien sufrió mucho en las dunas y la arena de esta décima jornada, en la que perdió más de dos horas y cuarto, lo que le deja completamente fuera de la quiniela de ganadores, lo mismo que a Joan Roma. El piloto catalán se fue por los suelos a escasamente seis kilómetros de la línea de salida, con tan mala fortuna que la moto le cayó encima y le propinó un fuerte golpe en una rodilla que le produjo un esguince de ligamentos y le apeó de la carrera.

También ha quedado descartado, pero por distintos motivos, el hasta ayer líder y doble vencedor de la carrera, el francés Richard Sainct, quien con problemas en el motor de su KTM tras sufrir una caída en el kilómetro ochenta de la especial, tuvo que esperar sentado en la arena la llegada de su camión de asistencia para abandonar como a ningún piloto le gusta hacerlo esta dura competición. En el lado positivo, un veterano ya en mil batallas africanas y que estuvo a punto de no participar, Jordi Arcarons, continúa con paso firme y una eficacia digna de encomio remontando posiciones a lomos de su KTM.