Los jugadores mallorquinistas protestaron las polémicas decisiones arbitrales.

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2 CELTA: Pinto, Coira, Cáceres, Djorovic, Velasco, Doriva, Giovanella, Karpin, Edú, G. López y Catanha.
Cambios: Vagner por Coira y Yago por G.López.
2 MALLORCA: Leo Franco, Armando, Olaizola, Nadal, M. Soler, Engonga, Finidi, Ibagaza, Marcos, Stankovic y Luque.
Cambios: Soler por Engonga, Alvaro Novo por Finidi y Eto'o por Stankovic.
GOLES: 1-0, m.14: Catanha; 1-1, m.23: Ibagaza; 2-1, m.77: Djorovic; 2-2, m.90: Olaizola.
ÀRBITRO: Turienzo Alvarez (Comité Castellano-Leonés). Expulsó a Armando (m.82) por doble amonestación. Mostró tarjeta amarilla a G. López, Catanha, Marcos, Luque, Olaizola, Giovanella.

TOMEU TERRASA
Turienzo y sus colaboradores montaron en Vigo el belén del siglo. Firmaron un acta plagada de errores gigantescos, se negaron a que subieran al marcador dos goles inapelables alegando sendas situaciones de fuera de juego inexistentes y miraron hacia otro lado cuando Catanha desvió con la mano dentro del área un balón botado en falta por Stankovic.

La exhibición de invidencia de Turienzo habría minado la moral de cualquier equipo, pero el Mallorca se tomó con paciencia aquella continua agresión arbitral. Con el marcador en contra en dos ocasiones y un árbitro ciego, el grupo de Aragonés optó por darse tiempo a sí mismo para demostrar una evidencia: su superioridad respecto al Celta y, sobre todo, su manifiesta capacidad para desbordar la defensa gallega, sin duda el gran talón de Aquiles del equipo celeste.

El Celta dispuso ante el Mallorca su estrategia psicológica habitual: primer cuarto de hora de salida en tromba, gol a favor y fuerte contención en el centro del campo para maquillar su defensa de cristal. La táctica impresionó muy poco al Mallorca, que neutralizó el tanto de Catanha apenas nueve minutos después por obra de una acción que la factoría Engonga-Ibagaza produjo con celeridad y eficacia. Después del empate a un gol, el grupo bermellón comenzó a meterse en el partido para llegar a dominarlo a placer. Ahí comenzó la fase de recitales del encuentro. Por parte del Mallorca y por parte de Turienzo.

El árbitro no dudó en señalar como posiciones de fuera de juego dos goles completamente legales primero de Luque y poco después de Finidi. No contento con eso, el colegiado castellano-leonés bajó la vista al suelo cuando Catanha desvió con la mano un balón dentro del área que debió ser motivo de un penalti indiscutible. Por obra y gracia del árbitro, el Mallorca era vencedor moral del encuentro antes de llegar al descanso.

La convicción en la victoria minimizó el impacto psicológico que supone tener a los jueces en contra. El Mallorca dominaba aunque se tomaba excesivas licencias en defensa. Catanha dio el aviso al rematar un balón libre de marca y posteriormente Djorovic marcó en una rara acción precedida de una falta de Cáceres. El Mallorca dio cumplida réplica al minuto siguiente con un gol de Armando, pero la acción no pudo celebrarse porque, cómo no, apareció Turienzo. Ya en tiempo de descuento, Olaizola llevó algo de justicia marcando su primer gol como mallorquinista.