La historia de los mundiales parece repetirse, y después de cuatro
años España y Brasil volverán a enfrentarse en la final de esta
competición, en lo que puede significar la revancha de la final de
España'96 del Palau Sant Jordi. Mientras que España luchará por su
primer título mundial, Brasil puede conseguir su cuarto entorchado,
algo histórico en este deporte si finalmente la selección canarinha
consigue el triunfo.
Ambas selecciones han demostrado una superioridad aplastante a
lo largo de la competición, y el puesto en la final es de sobra
merecido, teniendo en cuenta que ambas selecciones representan
actualmente a las dos potencias del fútbol sala mundial. España ha
destacado una vez más por su dominio táctico, además de por su
disciplina en defensa que le ha llevado a recibir sólo cinco goles
en toda la competición. Por contra la principal baza brasileña está
en la increíble calidad técnica de sus jugadores que les lleva a
realizar un juego espectacular, casi de fantasía.
Los jugadores de Javier Lozano han llegado a la final invictos,
demostrando el gran nivel del fútbol sala nacional. Las victorias
frente a Argentina (3-0), Irán (7-2) y Cuba ((9-0) en la primera
fase, más las conseguidas frente a Croacia ((5-0), Portugal (3-1) y
Holanda (7-0) en la segunda, han significado la plaza en la final
conseguida esta madrugada al vencer a Rusia en un agónico partido
(3-2).
Brasil ha contado su partidos por goleadas, incluso históricas
(29-2 frente a Guatemala). Las victorias sobre Kazajstán (12-1),
Portugal (4-0) y la ya citada sobre Guatemala, conformaron la
primera fase. En la segunda volvieron a barrer a Egipto (12-4),
Argentina (4-1) y Rusia (6-2). Esta madrugada Brasil solventó el
escollo de Portugal con un claro 8-0.
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