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Marga Fullana ha iniciado una terapia contra la presión que acompaña a todo campeón mundial. La ciclista de Sant Llorenç asume su condición de número uno y ha desembarcado en Sydney con la firme intención de ratificar el cetro que le ha acompañado durante dos mundiales consecutivos.

«Todo el mundo me pide el oro y eso supone una gran responsabilidad para mí, aunque la asumo con mucho gusto y no pienso decepcionar», declaró la corredora nada más arribar a la capital olímpica. La mallorquina, que se confesó agotada por el largo viaje, expresó su deseo de entrar en contacto con el circuito de mountain bike cuanto antes: «La verdad es que ahora me siento muy cansada, llevamos dos días viajando y espero que todo se normalice cuanto antes. Quiero conocer el circuito aunque hemos decidido limitar todo lo posible el número de entrenamientos para favorecer la concentración».

En cuanto al alojamiento, Fullana explicó por qué habían adoptado la decisión de vivir fuera de la Villa: «Es una decisión del equipo. Hemos considerado conveniente mantener la fórmula de la Copa del Mundo y alojarnos por nuestra cuenta. Además, hemos sabido que en la Villa hay una epidemia de gripe y no queremos correr riesgos en una cita tan trascendental como son unos Juegos», declaró.