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Drac Inca regresa al Palau tras cubrir el primer trayecto de la pretemporada. El grupo de Abós ha finalizado su concentración en la Universitat de les Illes Balears (UIB) y esta mañana iniciará el trabajo técnico y táctico con un plantel que necesita empezar a conocerse dentro de la pista, fundamentalmente por el altísimo número de novedades que ha regristrado. El mismo escenario que ha originado el primer foco de polémica del curso "el plantel expresó días atrás su indignación por la suciedad del Palau" se convierte ahora en el principal centro de operaciones.

Técnico y jugadores han evaluado con nota los resultados obtenidos en la UIB, aunque ha llegado el momento de que el equipo hable de baloncesto y adquiera estilo. Pese a las incógnitas que proyecta la nueva norma de los 24 segundos de posesión y las alteraciones que pueda provocar sobre el discurso de los entrenadores, la fisonomía del nuevo Drac Inca deja algunas cosas claras. Abós se ha rodeado de un puñado de jugadores donde el físico impera sobre otras cosas "Kelvin Stuckey, Anthony Stacey, Santi Aldama, Xavi Crespo y Miguel Alberto Montañana", aunque también ha incorporado a hombres que aglutinan un indiscutible talento "Miguel Àngel Cabral y Llorenç Mons.

A partir del principio del músculo, es obvio que el Inca que viene será un equipo duro con y sin el balón. Otro aspecto a tener en cuenta es el potencial que administra bajo los tableros. En este sentido, el equipo que ha fabricado José Luis Abós es superior al que diseñó Olmos, su antecesor en el cargo. El valenciano tiene una predilección especial por los jugadores técnicamente trabajados y con fundamentos y durante su etapa, el Palau presenció el mejor baloncesto de los últimos años, aunque en una competición como la LEB los kilos y los centímetros suelen inclinar la balanza. Abós ha reunido a un equipo que quizás tenga menos gramos de calidad que el del año pasado, pero su equilibrio y competitividad son indudables.