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EFE - Jerez
Desde 1996, cuando ganó en el Gran Premio de Holanda de 125 c.c. que se disputó en Assen, Emilio Alzamora no había conseguido ganar ni una carrera y eso era una espina que tenía clavada, después de proclamarse el pasado año campeón del mundo por un solo punto de diferencia respecto al italiano Marco Melandri (Honda) y sin ganar un solo gran premio.

Alzamora realizó unos buenos entrenamientos, la moto se mostró competitiva y veloz y, aunque la «pole position» no llegó, tampoco hizo falta. No hizo una buena salida, en la que el más rápido fue el japonés Youichi Ui (Derbi), pero el ilerdense tardó poco en colocarse al rebufo del grupo puntero y menos todavía tras el líder.

En la séptima vuelta Alzamora ya avisó de sus intenciones, se colocó líder y comenzó a tirar para intentar abrir un hueco. En esa disyuntiva, sólo los italianos Mirko Giansanti (Honda) y Roberto Locatelli (Aprilia), dieron muestras de poder seguir al español.

La suerte que en otras ocasiones le faltó al campeón ahora se alió con él y cuando ambos pilotos iban a entrar en ese punto, Giansanti perdió adherencia en su moto y quizás también algo de respuesta motor. El hueco se hizo insalvable.

Tuvo muchos momentos destacados por sus incidentes la prueba de 500 c.c., pero telegráficamente ésta quedó marcada por la caída del italiano Max Biaggi (Yamaha), que dañó su primera moto y con la segunda no pudo concluir, la excelente salida de Roberts, la «caza y captura» a la que intentó someterle Carlos Checa y la nefasta salida de Alex Crivillé (Honda), que condicionó negativamente el resto de su intervención y le impidió conseguir su cuarta victoria consecutiva en Jerez y, además, le mantiene en el dique seco, en lo que a triunfos se refiere, en este inicio de campeonato.

La lluvia forzó una segunda salida y mientras Roberts se mostró conservador, a la par que mal matemático a la hora de hacer sus primeras cuentas, Checa y Crivillé salieron endemoniados en busca de neutralizar una ventaja que por distintas causas eran de su interés, pero ni el uno ni el otro lo consiguió.

El alemán Ralf Waldmann (Aprilia) refrendó en carrera el dominio que durante los entrenamientos ejerció en 250 y se adjudicó su primera victoria y la de la marca italiana en la presente temporada. El japonés Shinya Nakano, quien ayer quedó apeado de los puestos de honor rápidamente por una caída, cedió el liderato del mundial a la Honda de Daijiro Kato, que volvió a subirse al podio.

Si poca historia tuvo la carrera en lo que a los puestos punteros se refiere, tampoco hubo demasiada en la actuación de los españoles, Alex Debón fue el mejor de la cilindrada al finalizar en decimocuarta posición. Notable mejoría experimentó Alfonso «Fonsi» González Nieto (Yamaha).