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El mapa LEB observa con ciertas dosis de incredulidad la solvencia del último proyecto. El paseo por Melilla ha encumbrado al Bàsquet Inca y le ha proyectado como un líder enorme. Los números son diáfanos y el grupo de Olmos aventaja en cualquier aspecto a sus rivales. Es el equipo que mejor defiende y también el que mejor ataca; el único que ha ganado cinco partidos en seis jornadas y su solitaria presencia en el primer puesto de la Liga se da la mano con el gobierno en la clasificación por periodos.

El Inca es líder en todo, aunque los 83'16 puntos que suele anotar en cada uno de sus partidos (499 en total) son uno de sus principales argumentos. Olmos ha construido un equipo que amalgama un caudal ofensivo excepcional y así ha quedado ratificado en el trayecto inicial del curso. No obstante, el talento y clarividencia de su plantel no está huérfano de sacrificio. Seis jornadas después, el conjunto mallorquín se muestra como el mejor defensor de la competición. Ha encajado una media de 72'16 puntos por partido y sólo Sondeos del Norte (72'66) y Orense Baloncesto (73'33) pueden presumir de defender a un nivel similar al de los mallorquines. En ataque, Menorca Bàsquet (82'16 puntos de media), Ciudad de Huelva y Cajasur (81'16) preceden al Inca, aunque en el caso de los dos últimos su desequilibrio ataque/defensa les ha acomodado en las últimas posiciones de la categoría.

Roman Rubchenko, nominado esta semana mejor jugador de la jornada, se ha convertido en una referencia fundamental del nuevo proyecto. El ucraniano ha empezado a demostrar que su baloncesto está por encima del resto y junto a Jeff Chambers forma una pareja foránea con crédito y equiparable a la que forman Bob Hastard y Robert McCann en el Orense o Marvin Alexander y Eddie Casiano en el Granada, por citar a dos de las parejas que más dólares cuestan. Rubchenko y Chambers no han tardado en conectar. Casi inseparables fuera de la pista son la bandera de un Inca que ha revitalizado la pasión por el baloncesto en la Isla.