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El futuro más inmediato del Bàsquet Inca se ha coloreado de negro. El club ha consumido la mitad del plazo que le ha concedido la Federación Española de Baloncesto (FEB) para definir su continuidad en la Liga LEB "el 31 de mayo debe pronunciarse" sin haber obtenido buenas respuestas en las gestiones que ha venido realizando para otorgar viabilidad a su proyecto. El presidente Rubert tiró de su mensaje más pesimista y aseguró que la entidad parece haberse metido en un callejón sin salida. «Estamos en plena cuenta atrás y me da la impresión que no hemos conseguido nada», aseguró el mandatario.

Generados 65 millones de pesetas de ingresos para el próximo curso, la dimitida cúpula del Bàsquet Inca se había trazado como objetivo encontrar veinte millones más mediante una esponsorización principal para dar forma a un plan ambicioso, aunque hasta el momento no se ha arrancado ningún compromiso. «Se nos han cerrado varias puertas y debo reconocer que la situación se ha complicado sobremanera "añadió Joan Rubert", pero lo único que se puede hacer es seguir trabajando e intentar sacar esto adelante».

Bàsquet Inca, según reconoció su presidente, está ahora mismo más cerca de perder la franquicia LEB que de seguir en categoría profesional. «La realidad es esta y me parece que la gente no está muy sensibilizada con lo que está ocurriendo y quizás cuando lo estén será demasiado tarde porque el tiempo se nos está acabando». Rubert recordó que si Mallorca pierde su sitio en la segunda categoría del baloncesto nacional «será muy complicado recuperarla».