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El último escollo se baña en oro. Mallorca sabe desde hace apenas 48 horas que en Birmingham compartirá honores con la Lazio, una criatura diseñada y cosida con el inagotable talonario de Sergio Cragnotti. La compra de Iván de la Peña "costó 2.500 millones de pesetas y suele pasarse los partidos comiendo pipas en el banquillo" convirtió al conjunto romano en objeto de curiosidad nacional, pero esa simpatía lejana provocada por la presencia de un tipo vanagloriado a más no poder pero que no encuentra acomodo en el dibujo de Sven Goran Eriksson, quedó pronto relegada a un segundo plano.

La Lazio, pese a la timidez con la que abrió el curso, no tardó en responder a las expectativas que había generado una concentración industrial de estrellas como la suya. De hecho, el multimillonario empresario Cragnotti había tirado la casa por la ventana para tener un equipo campeón. Y los números dicen que está en el bueno camino. Arrebató al River a Marcelo Salas, una de las grandes sensaciones de Francia'98, pagó a la Sampdoria 1.900 millones por el incombustible Mijailovic y con la temporada en marcha aprovechó el divorcio Sachi-Vieri para que el Calcio recuperara a uno de sus futbolistas más emblemáticos. El Atlético ingresó una cantidad superior a los cuatro mil millones, pero la Lazio formó la que posiblemente es la mejor pareja atacante del momento: Matador Salas-Vieri.