Los jugadores del Mallorca celebran su primer gol, obra de Ibagaza, en primer plano. Foto: TOMÀS MONSERRAT.

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3 REAL MALLORCA: Roa (1), Olaizola (1), Siviero (1) Marcelino (1), M.Soler (1), Engonga (1), Paunovic (2), Lauren (1), Ibagaza (2), Dani (2) y Biagini (1)
Cambios: Luque (1) por Biagini (m.68), Soler (1) por Ibagaza (m.76), Carlos (1) por Dani (m.39)

1 NK VARTEKS: Mrmic (0), Madunovic (1), Bajalic (0), Kastel (0), Gregoric (1), Hrman (1), Muzek (1), Dalic (1), Mumlek (1), Ivanovic (0) y Karic (0).
Cambios: Sabolcki (1) por Madunovic (min.46), Posavec (1) por Dalic (min.67), Kamberovic (1) por Karic (min.73)

ÀRBITRO: Ryszard Wojcij (Polonia). Mostró tarjetas amarillas a Engonga (min.40).

GOLES: 1-0, min.54: Ibagaza sorprende a Mrmic con con centro chut al área.
2-0, min.74: Paunovic culmina una pared con Dani y marca.
3-0, min.79: Dani, en jugada personal.
3-1, min.91: Balajic, de cabeza.

INCIDENCIAS: 16.109 espectadores en el Lluís Sitjar.


Escribir la historia es un honor que no está al alcance de cualquiera pero que Cúper y sus jugadores conocen bien. Conquistada la Supercopa, el equipo bermellón ha ido engrosando su vitrina de hitos a medida que ha avanzado rondas en la Recopa. Ayer sumó uno nuevo y además lo hizo disfrutando una vez superado el atolondramiento de la primera parte. Consciente de su abrumadora superioridad ante el fútbol liliputiense del Varteks, el Mallorca accedió a semifinales una tarde en que empezó sufriendo pero acabó pasándoselo en grande.

Cúper afrontó una ardua tarea durante la semana. El argentino tuvo que doblar sus funciones de técnico con las de psicólogo para inculcar a su grupo la idea de que la paciencia podía convertirse en el jugador número doce.

Pero durante la primera parte el Mallorca jugó precipitado y sin ideas y el fantasma del resultado de ida comenzaba a planear. El Mallorca tenía problemas y el Varteks, la esperanza intacta.

Las cosas no mejoraron mucho en el inicio del segundo tiempo. El equipo croata cerraba con éxito espacios en el centro del campo e impedía a su rival buscar apoyos con comodidad. Fue entonces cuando apareció Ibagaza. El centrocampista argentino trató de enviar un balón al área y éste no paró de correr hasta alojarse en el fondo de la red. Dos minutos después de ese gol, Paunovic acabó con la malherida moral del Varteks al culminar una pared con Dani. El barcelonés obtendría su premio poco después, coronando una acción personal. El Luis Sitjar era una fiesta. El Mallorca volvía a hacer historia metiéndose en semifinales de la Recopa y a la afición sólo le salió decir una cosa: «Cúper, quédate».