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Nunca un triunfo fue tan imprescindible, porque el Básquet Inca se aferra a la opción de la victoria para seguir vivo y albergar esperanzas de abandonar la última plaza. Ante el Breogán, uno de esos conjuntos con historial, currículum y objetivos muy distintos a los baleares, el grupo de Pep Miquel Arbúcies intenta sobrevivir y limar distancias respecto a Sondeos y Cajasur.

Con la esperanza de levantar el rostro en Lugo, los de Inca se desplazaron en la tarde de ayer con dudas en su dirección de juego "viaja un mermado Seguí y se cae Jesús García" y con un juego interior quebrado por el estado físico de Nacho Castellanos. Un triunfo resucitaría a un conjunto que se ha acostumbrado a convivir con el fracaso en los últimos tiempos. Los de Arbúcies acumulan cuatro jornadas consecutivas con déficit y tan sólo un golpe racial volcaría su situación en la tabla. La derrota ante Cabitel Gijón, unido a las victorias de Sondeos del Norte y Cajasur de Córdoba, han dejado al grupo insular con el crédito casi agotado.

La aportación de Castellanos y la defensa de Seguí han sido las únicas bases sobre las que se ha sustentando el edificio gualdinegro en las jornadas anteriores.

Los gallegos vienen de ceder con estrépito en Córdoba, pero mantienen plaza de privilegio en la tabla. Desde la tercera posición, los lucenses reciben la visita del colista. Santi Abad es su principal arma en el juego interior junto a Kenny Green "dos jugadores con pasado vitoriano", mientras Mason aporta los puntos necesarios desde la línea exterior. Carles Ruf en la pintura y Gil en la dirección de juego son los complementos ideales para un equipo bien armado y con dibujo de ACB.