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LUIS VILLAREJO - EFE
2 DÍNAMO DE KIEV:Shovkovsky; Luznhy, Golovko, Vaschuk, Kaladze; Kardash (Bialkevich, m. 46), Kossovsky (Yaskhin, m. 88), Gusin, Khatskevitch; Shevchenko y Rebrov.

0 REAL MADRID: Illgner; Panucci, Iván Campo, Hierro, Roberto Carlos; Sanchís (Guti, min. 70), Redondo; Seedorf (Suker, min. 65), Raúl, Jarni (Karembeu, min. 82); y Morientes.

GOLES: 1-0, Min. 63: Shevchenko lanza un penalti, Illgner lo detiene, pero el rechace lo manda el mismo jugador a la red. 2-0, Min. 81: Shevchenko empalma dentro del área al fondo de las mallas tras un servicio de Rebrov.
ÀRBITRO: Anders Frisk (Suecia). Mostró tarjeta amarilla a Jarni, Illgner, Hierro y Redondo, del Real Madrid.
INCIDENCIAS: 85.000 espectadores acudieron al estadio Olímpico de Kiev. Noche gélida.
El Madrid dominaba sin prisa. Siempre se anticipó al rival. Anduvo sobresaliente en la recuperación con Redondo pletórico. Andrii Gusin estuvo de turista. Ni él ni Kardash engarzaron nunca una transición con Shevchenko y, como Rebrov se aburría, el público, que aguantaba el frío con valentía en la grada, sólo se podía mantener feliz con un trago de vodka. O tirándose bolas de nieve; eso ya en el descanso.

John Toshack confió en su 4-2-3-1, un sistema que le va a este equipo. Todo el manual de buen fútbol que intuía Toshack lo cumplieron sus pupilos. Entraron por las bandas con Seedorf y Jarni, Raúl sembró el miedo y al Real Madrid sólo le faltó fortuna para rematar al Dínamo antes del descanso.

El coronel Lobanovsky posee un conjunto que se mueve a su estilo. Con una disciplina innata. Cuentan que Lobanovsky sólo necesita dar una palmada en cualquier lugar del mundo para reagrupar en dos segundos a sus jugadores si andan dispersos. Esta noche se vio que posee raza en mayor medida. El talento se lo reservan para Shevchenko.

Como la eliminatoria tenía morbo, Illgner se atrevió a detener el penalti de Shevchenko, pero el rebote ya no lo desaprovechó la estrella de Dínamo. Toshack reaccionó. Mandó a Seedorf al banquillo y se la jugó con Suker. No tenía más opciones.

Sin embargo el Madrid no atinaba. Y corría todo el peligro del mundo. La conexión tan temida entre Shevchenko y Rebrov surgió en los minutos finales. Y en una de ellas, el astro ucraniano, con velocidad y llegada, sepultó con el 2-0 el sueño madridista de alcanzar la octava.