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Manolo Pérez ha pasado de ejercitarse en la hierba sintética del Miquel Nadal, a fajarse sobre la marca de Rivaldo. Después de sobrevivir al balompié de Segunda B, el ex futbolista de Poblense y Mallorca Atlético debutó el domingo en Primera ante el FC Barcelona.

Catalán de nacimiento (Gavà), tiene un breve pasado balear. El centrocampista aterrizó en la isla para realizar el servicio militar y el Mallorca lo reclutó en sus filas. Cedido durante una temporada al Poblense, el club de la Plaça Barcelona lo recuperó y formó en el equipo de Martí Munar durante el curso 96/97. Paseó su elegancia y su enorme poderío físico por el centro del campo de un equipo que estrenaba categoría y que deambuló sin excesos en la Segunda División B. Posteriormente marchó a Gavà y esta temporada firmó por el filial españolista. La baja de Cristóbal le abrió un hueco en el grupo de Brindisi y debutó marcando a la estrella azulgrana del Barça en la segunda mitad.

Manolo jugó en Tercera División con el equipo de Sa Pobla. Destacó aquella temporada como uno de los jugadores con más talento de la categoría y ello le sirvió para ganarse una plaza en el filial del Mallorca. En Segunda B alternó la suplencia con la titularidad, fue intermitente en su juego y acabó regresando a Barcelona ante la imposibilidad de militar en un equipo que se había creado para ascender.

Abrió su periplo en tierras catalanas y jugó en el Gavà en una de las mejores temporadas de los azulgrana. Titular indiscutible, destacó como futbolista creativo, trabajador y resolutivo. Jugó ante el Mallorca B y ante el Sóller y su excelente trabajo no pasó desapercibido para la secretaría técnica del Espanyol.