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EFE - NUEVA YORK La pelea de unificación por el título de los pesos pesados entre el estadounidense Evander Holyfiel y el británico Lennox Lewis, que había sido promocionada como la de la «Verdad», se convirtió en uno de los mayores robos en la historia del oscuro deporte del boxeo.

Holyfield, de 36 años, que había prometido, gracias a su inspiración divina, que iba a dejar nocáut a Lewis en el tercer asalto, no sólo no cumplió con su promesa sino que además se favoreció de un veredicto de combate nulo que fue totalmente injusto.

El campeón de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y de la Federación Internacional (FIB) intentó cumplir al practicar su mejor boxeo en el tercer asalto, pero nunca conectó el golpe decisivo y al final sólo pudo ganar otros dos más, mientras que el resto fue un completo dominio de Lewis, que en el quinto y séptimo pudo dejarle nocáut.

El directo de izquierda y la derecha de Lewis hicieron siempre un trabajo perfecto y al final las estadísticas mostraron que había alcanzado a Holyfield con 348 golpes de 613 que lanzó para un porcentaje del 57% de efectividad, mientras que su rival se quedó con 130 y 385 para un 34%.