El regatista mallorquín fue el primer medallista balear de historia. Junto a Kiko Sánchez, subió a lo más alto del cajón en la clase 470 en los Juegos de 1992. | ultimahora.es

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De Jordi Calafat a Rudy Fernández, Mallorca ha disfrutado de una porción importante de la gloria olímpica. En apenas dos décadas, Balears ha trasladado su espectacular crecimiento deportivo al mayor escaparate del planeta y tras colgarse trece metales en los últimos cinco fascículos de los Juegos desplazará esta semana a Londres a un ejército compuesto por una docena de representantes entre el que habitan muchas opciones de seguir engordando la leyenda isleña.

El encargado de encender la luz para indicarle el camino al resto fue Jordi Calafat, que subió a lo más alto del podio después de imponer sus credenciales en las aguas de Barcelona y conquistar la clase 470 de la mano de Kiko Sánchez. Sólo unos días después alargarían esa mágica estela Gabriel Vidal y Chichi Soler. Los futbolistas del Mallorca (junto a ellos se encontraba Antoni Pinilla), empotrados en el combinado que dirigía Vicente Miera, atraparon el oro superando a Polonia en una eléctrica final escenificada sobre el tapete del Camp Nou (3-2). Además, Maite Palacios abrocharía el botín con una plata en un deporte de exhibición como el frontenis.

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Pepote Ballester y su medalla de oro en la clase Tornado con Fernando León iluminaron a la representación mallorquina en Atlanta, aunque los registros volvieron a dispararse en Sydney gracias al ciclismo y a las aportaciones de Joan Llaneras (oro en puntuación) y Marga Fullana (bronce en mountain bike).

El propio Llaneras mantuvo la cuota en Atenas (plata en puntuación), pero fue en Pekín donde se desató la fiesta. El propio porrerenc (oro en puntuación) y Tauler (plata en madison), Nadal (oro en tenis) y Rudy Fernández (plata en baloncesto) elevaron un listón que Londres debería seguir subiendo.