Jaime Llabrés, en acción durante un rally. | V. Picornell

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El automovilismo balear está en estado de 'shock' tras conocer este martes la súbita pérdida de una personalidad querida y respetada por la afición de las cuatro ruedas. El fallecimiento de Jaime Llabrés ha causado un enorme impacto entre pilotos, aficionados y todos los estamentos, que han trasladado su pesar a través de las redes sociales su pesar por una noticia que llega a pocos días de la disputa de la gran carrera del calendario balear, la Pujada al Puig Major.

Llabrés, de 50 años de edad, fue un piloto y participante habitual en las pruebas del calendario de la FAIB, aunque además aprovechó su vertiente de profesional de la mecánica para ofrecer asistencia técnica a pilotos destacados en competición, como fuera el caso de Gabi Arrabal, entre otros. El carisma de Jaime Llabrés Ordinas hace que sea recordada con cariño su figura en el momento de su despedida, dejando como legado una trayectoria en los certámenes territoriales y su aportación al mundo del motor.